Científicos desmontan la Cúpula Dorada de Trump antimisiles: "Es una tontería"
El presidente estadounidense asegura que estará listo en tres años.

Para los científicos, la proyección de Donald Trump de convertir Estados Unidos en una Cúpula Dorada es "pura fantasía". La idea, originalmente iniciada por el presidente Ronald Reagan, se basa en mandar satélites al cielo capaces de derribar cualquier amenaza nuclear que amenace al país. En las últimas siete décadas, el país ha gastado más de 400.000 millones de dólares en este sueño, y gracias al presidente, está a punto de gastar 175.00 millones más.
En unas declaraciones recogidas por el medio 404 Media, el presidente confirma que "es algo que queremos. Ronald Reagan lo quería hace muchos años, pero no tenían la tecnología". "Estará en pleno funcionamiento antes de que termine mi mandato. Así que lo tendremos hecho en unos tres años". Además, añadió que el sistema sería capaz de hacer frente a "cualquier tipo de amenazas".
Sin embargo, y de acuerdo a la información difundida, los expertos creen que esto es "una tontería". En marzo, un equipo de científicos voluntarios del Panel de Asuntos Públicos de la Sociedad Estadounidense de Física publicó un estudio en el que dejaba por descontado la viabilidad de los planes de Trump. En una entrevista con el digital, los científicos explican su posición.
Para ellos, los interceptores de los sistemas Patriot, Aegis y THAAD actuales "son mucho más capaces que los de la Cúpula de Hierro", pero incluso si se usaran, "se necesitaría un número muy grande para intentar defender todos los objetivos potenciales". Esto hace que la defensa "sea poco práctica".
El presidente de EEUU no es el primero que plantea este tipo de proyectos. Desde que se desplegaron misiles de alcance intercontinental con armas nucleares en la década de los cincuenta, "Estados Unidos ha sido vulnerable a un ataque de este tipo". "Como consecuencia", explican los investigadores, se han propuesto "una y otra vez" nuevos sistemas de defensa, que han costado millones de euros. "Ninguno de estos ha tenido éxito".
"A diferencia de los programas civiles de investigación y desarrollo, un programa de defensa antimisiles se enfrenta a adversarios humanos, inteligentes y adaptables que pueden idear enfoques para inhabilitar, perpetrar o eludir el sistema defensivo", rezan los investigadores en la entrevista. De este modo, la naturaleza indefinida del actual programa de defensa antimisiles ha estimulado la ansiedad tanto en Moscú como en Pekín.
¡Mantente al día con El Huffpost! Sigue todas las noticias desde tu móvil en nuestra APP. Puedes descargarla tanto para Android como iOS.