Presume y presume. Y en ocasiones, consigue, como en este caso. Donald Trump ha arrancado un 'débil' alto el fuego entre Israel e Irán tras unas últimas jornadas de guerra abierta con la intervención final de EEUU. Desde que Trump ordenó bombardear instalaciones nucleares iraníes, todo se aceleró. Y tras la "muy débil" y "avisada" respuesta de Teherán contra intereses estadounidenses, llegó la relativa calma a tres bandas. 

Este sería un resumen muy básico de las últimas horas, pero ni es tan sencillo ni ha sido tan ortodoxo el proceso. Porque estando de por medio el 47º presidente de EEUU las formas siempre resultan rupturistas. La guerra de las últimas horas se ha desatado en el aire y se ha acabado decidiendo al teléfono y a través de la red social Truth Social, el particular boletín oficial del estado trumpista. 

En apenas 24 horas, el relato oficial del presidente ha pasado por todos los estados y caracteres, incluyendo muchas mayúsculas y signos de exclamación. 

Tras autorizar el ataque contra intereses nucleares de Irán el sábado, Donald Trump se alejó momentáneamente de los focos televisivos, pendiente de la prometida respuesta iraní. La misma se concretaba en la tarde noche del lunes, un operativo que calificó como "muy débil" y que habría de servir como "respuesta oficial". 

Lo que podría entenderse como un desprecio hacia el inferior poderío militar iraní era, en realidad, un cumplido a Teherán, en agradecimiento por haber avisado de que atacarían la base americana Al Udeid en Catar, un enclave fundamental en el entramado militar de EEUU en Oriente Medio. Ello permitió que "no hubiera víctimas", como celebraba en su publicación.

En ella adelantaba que "Irán ya se había desahogado" y que podría abrirse el camino a la paz, para lo que prometía que empujaría él mismo a Israel. Era el presagio de lo que publicaría pocas horas después, atreviéndose incluso a "felicitar al mundo".

Las felicitaciones las amplificaba ya justo a la medianoche peninsular española, anunciando la entrada en vigor de un breve alto el fuego de 12 horas entre Israel e Irán. "Asumiendo que todo irá como debe, que así será, me gustaría felicitar a los dos países por tener la energía, coraje e inteligencia por parar la guerra".

Eran horas, ya hacia la noche en Washington, de autobombo, de publicar emotivas fotos suyas y mensajes de empoderamiento hacia sí mismo, satisfecho de que "Israel e Irán han venido a mí y simultáneamente han dicho 'Paz'. Supe que el momento era ahora. El mundo y Oriente Medio son los ganadores", insistía en un nuevo post en Truth Social, ya bien entrada la noche en EEUU y pasadas las 4 AM en España.

Con la entrada del nuevo día, ya horario del martes en la costa este de EEUU, a Trump le llegaban malas noticias de potenciales rupturas de la tregua. "El alto el fuego ya está en vigor, por favor no lo violéis", escribía sin 'remitente' claro.

Hasta que tocó alzar nuevamente la voz por los peligros de ruptura total entre acusaciones de Israel a Irán por supuestos lanzamientos de misiles y la consiguiente 'respuesta' hebrea con más ataques. A Tel Aviv se dirigía directamente Trump cuando en la Casa Blanca no daban aún las 6:00 y en España se rozaban las 13:00. "ISRAEL, NO LANCES ESAS BOMBAS, SI LO HACES ES UNA VIOLACIÓN FLAGRANTE, TRAE A TUS PILOTOS DE VUELTA A CASA", exhortaba, sí, en mayúsculas.

Dicho y hecho. Tras el toque en la red social y una llamada directa con Benjamin Netanyahu, Israel anunciaba la paralización de sus ataques a Irán. "Israel no va a atacar Irán", matizaba apenas media hora después el líder estadounidense, nuevamente tranquilo porque "nadie resultará herido y el alto el fuego está en vigor".

Y aún quedaba su remate, a punto de dirigirse a la cumbre de la OTAN en La Haya (Países Bajos). "Irán no reconstruirá nunca sus instalaciones nucleares", concluía antes de añadir la felicitación del secretario general de la OTAN por su labor de mediación entre Tel Aviv y Teherán.