No pasa desapercibido el inusual comportamiento de Putin con los militares norcoreanos tras el desfile del Día de la Victoria
Se mostró especialmente cercano con sus socios.

La conmemoración del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi ha sido un escaparate de poder militar ruso y, al mismo tiempo, ha supuesto un nuevo acercamiento entre Rusia y Corea del Norte.
Tras el desfile del Día de la Victoria en la Plaza Roja, el presidente ruso, Vladímir Putin, se reunió con altos mandos del ejército norcoreano, en un gesto inusualmente cálido que incluyó apretones de manos y hasta un abrazo, comportamiento poco habitual en el líder del Kremlin.
Putin, conocido por evitar el contacto físico más allá del saludo protocolario, sorprendió con su cercanía hacia los militares norcoreanos. Según la agencia estatal rusa TASS, les deseó "buena salud y un gran éxito continuo para el ejército norcoreano". Esta actitud del presidente ruso fue interpretada por analistas como una señal del creciente vínculo militar entre Moscú y Pyongyang.
A finales de abril, tanto Putin como el líder norcoreano Kim Jong-un reconocieron públicamente por primera vez el apoyo de Corea del Norte a Rusia en su guerra en Ucrania. Aunque no se han divulgado cifras oficiales, la inteligencia surcoreana estima que unos 15.000 soldados norcoreanos podrían haber sido enviados a Rusia, con cerca de 600 bajas hasta la fecha.
Coincidiendo con la efeméride, Kim Jong-un visitó la embajada rusa en Pyongyang, y la agencia estatal KCNA informó que Corea del Norte desea "fortalecer aún más su relación tradicionalmente estrecha con Rusia y la noble base ideológica de la asociación".
El desfile militar en Moscú también sirvió como exhibición de las capacidades bélicas rusas. Por primera vez, se mostraron públicamente drones usados en la guerra de Ucrania, como los Orlan, y los drones de combate Lancet y Geran, estos últimos de origen iraní. También desfilaron tanques, vehículos blindados, misiles nucleares Yar y sistemas de defensa aérea S-400.
En su discurso, Putin volvió a comparar la lucha soviética contra el nazismo con la actual ofensiva en Ucrania, insistiendo en que se trata de una "operación militar especial". Ucrania respondió calificando el desfile como un "desfile de cinismo" y rechazando los argumentos rusos como "incomprensibles".
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