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La sangría de tanques blindados de Putin puede traer una consecuencia inesperada sobre la paz

La sangría de tanques blindados de Putin puede traer una consecuencia inesperada sobre la paz

Las reservas rusas de equipo militar que quedaron de la era soviética, incluidos tanques, artillería y vehículos de combate de infantería, se agotarán entre ahora y mediados de otoño, dice un especialista británico. 

Unos chicos ucranianos caminan junto a vehículos rusos destruidos, en la plaza del Monasterio de San Miguel, de Kiev, en febrero de 2024.Ignacio Marín / Anadolu via Getty Images

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, podría verse obligado a negociar la paz tras su invasión de Ucrania, ya que Rusia puede quedarse sin tanques en cualquier momento. Hasta el momento, el mandatario se ha resistido a los esfuerzos europeos y estadounidenses por obligarlo a un alto el fuego mediante presiones diplomáticas y financieras. Igual la presión acaba llegando de dentro. 

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y una coalición de 31 naciones, liderada por Reino Unido y Francia, no han logrado que el Kremlin detenga la guerra en curso en Ucrania, que se ha prolongado desde que Rusia invadió el país en febrero de 2022. Pero Jack Watling, investigador principal de guerra terrestre en el Royal United Services Institute (RUSI) en Londres, afirma que Putin podría no ser capaz de resistir mucho más tiempo a medida que las realidades de sostener el conflicto con maquinaria de guerra comienzan a hacerse sentir.

La cadena CNBC informa de que Watling dijo que las reservas rusas de equipo militar que quedaron de la era soviética, incluidos tanques, artillería y vehículos de combate de infantería, se agotarán entre ahora y mediados de otoño. "Rusia buscará intensificar las operaciones ofensivas para crear presión durante las negociaciones, pero la presión no puede mantenerse indefinidamente", sostiene. 

Al mismo tiempo, si bien Rusia puede librar otras dos campañas con su enfoque actual de reclutamiento, las operaciones ofensivas posteriores en 2026 probablemente requerirán una mayor movilización forzada, lo cual supone un desafío tanto político como económico.

En Kiev, la capital de Ucrania, se exhiben tanques y blindados rusos oxidados y destruidos desde los primeros meses de la guerra, mientras los ciudadanos locales toman fotografías y los niños juegan con los cascos oxidados de la maquinaria de guerra de Putin. Rusia ha sufrido pérdidas devastadoras durante la guerra de Ucrania, y sólo reemplazar un solo tanque destruido podría costar millones de euros.

Daño en la economía de la Federación

La decadencia en el campo de batalla se refleja en la economía rusa, que ha experimentado una inflación desbocada que ha elevado los costos de los alimentos y la producción en condiciones que incluso Putin ha reconocido como "alarmantes". El Banco Central de Rusia (BCR) ha fijado los tipos de interés en el 21%, en comparación con el 4,25% del Banco de Inglaterra, en un intento por reducir la inflación, que rondaba un perjudicial 10,2% en abril.

El Banco de Reserva Federal afirmó que se requiere "un período prolongado de política monetaria estricta" para reducir la inflación a una meta del 4% para 2026. Liam Peach, economista senior de mercados emergentes de Capital Economics, afirmó: "La fuerte desaceleración del crecimiento del producto interior bruto ruso, del 4,5 % interanual en el cuarto trimestre al 1,4 % en el primer trimestre, es coherente con una fuerte caída de la producción y sugiere que la economía podría estar encaminándose hacia un aterrizaje mucho más brusco de lo previsto", cita el diario británico Express.

El miércoles, Putin visitó la región rusa de Kursk por primera vez desde que Moscú afirmó haber expulsado a las fuerzas ucranianas de la zona el mes pasado. En el verano del año pasado, Ucrania lanzó una ofensiva sorpresa en la zona, tomando control de vastas extensiones de territorio ruso y humillando al Kremlin. La incursión marcó la primera vez que un invasor ocupó territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial y asestó un golpe vergonzoso a Moscú.

Rusia también ha rechazado las recientes propuestas de alto el fuego de Estados Unidos y Europa. El miércoles, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que los aliados de Kiev solo buscaban una tregua "para poder armar a Ucrania con calma y fortalecer sus posiciones defensivas".

En un intento de salir a flote, Corea del Norte envió hasta 12.000 tropas para ayudar al ejército ruso a recuperar el control de Kursk, según Ucrania, Estados Unidos y Corea del Sur. Ucrania afirma haber detenido los ataques rusos en Kursk, pese a esa ayuda. 

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