El norteamericano Robert Francis Prevost, de 69 años, ha sido elegido este jueves nuevo papa tras el cónclave que se ha celebrado durante los dos últimos días en el Vaticano. Adoptará para su pontificado el nombre de León XIV.

Hijo de madre de ascendencia española, ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (OSA) en 1977 e hizo sus votos solemnes en 1981. Con su designación, se convierte en el primer estadounidense y el primer agustino en llegar a papa en la historia de la Iglesia Católica. También tiene la nacionalidad peruana tras ser misionero en este país y haber sido nombrado por Francisco como obispo de Chiclayo.

Durante su primer discurso al mundo como papa desde el balcón de la basílica de San Pedro, León XIV ha tenido una mención directa a su antecesor. Un guiño para dar continuidad al espíritu reformador y progresista que marcó el papado anterior. "Seguimos conservando en nuestros oídos esa voz débil pero valiente del papa Francisco, que bendijo a todos en esa mañana del día de Pascua. Permitidme seguir esa bendición", ha dicho. De hecho, también ha hablado de mantener una Iglesia "misionera", "acogedora" y "sinodal".

Prevost, eso sí, ha aparecido ante el mundo con la estola bordada, la muceta roja y la cruz de oro nada más ser elegido papa. Una diferencia significativa con respectivo a Bergoglio, que simplemente apareció con una sotana blanca sin adornos y la esclavina blanca. De esta manera, León XIV podría haber mostrado un apoyo a las formas tradicionales y la solemnidad en la liturgia.

La muceta papal es una prenda corta que cubre el pecho y la espalda y se utiliza para hacer visible la autoridad de quien la viste.

Por su parte, la estola es un ornamento sagrado que consiste en una banda de tela de unos dos metros de largo y unos siete centímetros de ancho, con tres cruces, una en el medio y otra en cada extremo, los cuales se ensanchan gradualmente hasta medir en los bordes doce centímetros.

León XIV también ha hecho un discurso algo más extenso que Francisco en su primer acto como pontífice y lo ha hecho leyendo un discurso preparado, a diferencia de su antecesor. Y ha decidido empezar con un "la paz esté con vosotros", mientras que Bergoglio dijo que sus hermanos habían ido a buscarle al fin del mundo.

Queda por saber dónde vivirá ahora el nuevo papa. Tradicionalmente, los pontífices residen en el Palacio Apostólico, a la derecha de la plaza de San Pedro, aunque Francisco prefirió hacer vida en la habitación de una residencia dentro del Vaticano, la Casa Santa Marta, mucho más austera, pero también más animada y transitada. 

Tampoco sabemos si utilizará Castel Gangolfo, al sur de Roma, la residencia en la que sus predecesores solían pasar el verano por ser algo más fresca que la Ciudad Eterna. Francisco, de nuevo, también rechazó acudir allí.