El perfil de Robert Francis Prevost, el papa León XIV: continuista con Francisco, misionero y pacifista para hacer historia en la Iglesia
Cercano a Francisco, al que ha dedicado varias menciones en su discurso inicial, y de 69 años es el primer estadounidense y el primer agustino en llegar a papa. También tiene la nacionalidad peruana, donde ha ejercido buena parte de su obra.

Historia en El Vaticano e historia en la Iglesia Católica. Robert Francis Prevost ha sido elegido nuevo papa, adoptando el nombre de León XIV.
Su aparición, anunciada por el cardenal Dominique Mamberti, ha cogido de sorpresa relativa al mundo, porque no aparecía como gran favorito, aunque sí como posible opción continuista de la obra de Francisco, a quien se ha referido en varias ocasiones en su primer discurso, que ha dejado bastantes claves pastorales y humanas.
A sus 69 años, el actual prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina es el primer estadounidense y el primer agustino en convertirse en Sumo Pontífice, el 267º en la historia de la institución.
El hasta ahora cardenal Prevost, en adelante León XIV, nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago. De raíces españolas por parte de madre y con doble nacionalidad peruana por sus décadas de misión en el país americano, ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín en 1977 e hizo sus votos solemnes en 1981.
Cuenta con una licenciatura en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, poseedor de una maestría en Divinidad por la Catholic Theological Union de Chicago, y una licenciatura y doctorado magna cum laude en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma.
Además de varios agradecimientos a Francisco, León XIV ha dejado algo más que pistas de sus motivaciones en el primer discurso en San Pedro. Con un claro componente misionero y por la paz, ha llamado a la unidad en torno a Dios con referencias a una iglesia "sinodal" y especialmente a una iglesia "abierta a todos" los que se acerquen a ella, algo ya apuntado por su predecesor.
Antes de una primera intervención plena de emoción al filo de las 19:15, con guiños en español a su comunidad peruana de la Diócesis de Chiclayo, el hasta ahora cardenal Prevost había dejado numerosas referencias de compromiso en temas sociales en anteriores ocasiones.
Entre sus temas tratados, el cambio climático, contra el que pide actuar con urgencia, o la necesaria "cercanía" con los migrantes y los que sufren. Es en este campo donde más ha evidenciado su enfrentamiento con las políticas de Donald Trump.
Su evolución dentro de la Iglesia
Tras su ordenación sacerdotal en 1982, Prevost se unió a la misión agustiniana en Perú en 1985 y fue canciller de la Prelatura Territorial de Chulucanas de 1985 a 1986, como recoge Europa Press, que reconstruye su historia eclesiástica.
En 1987 fue elegido director de vocaciones y director de las misiones de la provincia agustiniana de Mother of Good Counsel de Illinois y en 1988 fue enviado a la misión de Trujillo como director del proyecto de formación conjunta de aspirantes agustinos en los Vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Allí sirvió como prior de la comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998). En la archidiócesis de Trujillo fue vicario judicial (1989-1998), y profesor de derecho canónico en el Seminario Mayor "San Carlos y San Marcelo".
En octubre de 2013 regresó a su provincia (Chicago) para ejercer de nuevo como maestro de los profesos y vicario provincial, funciones que desarrolló hasta el 3 de noviembre de 2014, cuando el Papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis peruana de Chiclayo, elevándolo a la dignidad de obispo y asignándole la diócesis titular de Sufar. Fue ordenado obispo el 12 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, en la catedral de su diócesis. Y, en marzo de 2018 fue nombrado segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana.
En 2019, el Papa Francisco lo designó miembro de la Congregación para el Clero en 2019 y de la Congregación para los Obispos en 2020, además de administrador apostólico de la diócesis del Callao. Fue en 2023 cuando fue designado prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Es miembro de siete dicasterios del Vaticano, así como de la Comisión para el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, lo que ha sido interpretado como un indicio de la confianza del papa Francisco en él.
Del continuismo con Francisco a los retos tras él
Se trata de una figura absolutamente continuista a priori con el legado de su predecesor, llegando a considerarle su continuador más evidente dentro del actual cónclave. León XIV llega, además, en un momento crítico para la Iglesia Católica, inmersa en un debate sobre su sino tras Francisco y las reformas iniciadas por este en sus doce años de mandato.
La apuesta de Francisco hacia una relativa apertura —en ocasiones más verbal que factual— en campos como la homosexualidad o el papel de la mujer en la Iglesia, así como su acercamiento a las comunidades migrantes han dividido las posiciones dentro de la curia. El descontento de los perfiles más conservadores llegó a hacer sonar un cierto ruido de un potencial cisma eclesiástico al que también tendrá que poner freno.
Los retos del nuevo Santo Padre son inifinitos. Porque, más allá de su agenda propia, también deberá continuar la obra iniciada hace varios lustros por Benedicto XVI y profundizada por Francisco contra los abusos sexuales en el seno de la Iglesia y las medidas adoptadas para la prevención de nuevos casos.
Al respecto, su trayectoria en la Iglesia ha estado marcada por importantes roles y logros y, aunque fue denunciado por una organización por supuestamente encubrir denuncias de presuntos abusos sexuales contra dos sacerdotes de la diócesis peruana de Chiclayo que dirigió hasta 2023 cuando fue llamado a Roma, estas acusaciones fueron negadas por la diócesis.
El periodista peruano Pedro Salinas, que llevó a cabo una investigación sobre la organización Sodalicio de Vida Consagrada, movimiento peruano disuelto en enero por el Papa Francisco, asegura que las acusaciones contra Prevost son "absolutamente falsas".
Igualmente, León XIV se enfrenta a retos extraeclesiásticos en un mundo sangrante por varias guerras de alcance global, como los conflictos en Ucrania y Gaza, en los que Francisco trató de mediar por la paz. Al respecto ya ha evidenciado su deseo de un mundo por la paz, "desarmado"