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La presa que despertó a España del gran apagón: una historia digna de la gran pantalla

La presa que despertó a España del gran apagón: una historia digna de la gran pantalla

La central hidroeléctrica de Aldeadávila, operada por Iberdrola, fue clave para reactivar el suministro tras el 'cero energético'. Pero el valor de esta infraestructura salmantina esculpida en un tesoro natural y paisajístico va más allá de poder abastecer a 733.000 hogares. ¿Se acuerdan de los 5 premios Óscar de 'Doctor Zhivago'?

Imagen de las instalaciones de la central hidroeléctrica de Aldeadávila (Salamanca, Castilla y León), en el río Duero.CEDIDA

Mientras todos los ojos están puestos en localizar alguna pista para dar con la causa precisa y exacta detrás del gran apagón del pasado lunes 28 de abril, el 'cero energético' que sumió en la oscuridad a la Península Ibérica, quizás no se haya destinado el tiempo necesario a comprender otra clave de aquella -ya histórica- jornada. ¿Cómo volvimos a recuperar la electricidad? Y, sobre todo, en un momento en el que se cuestiona abiertamente a las energías renovables, ¿quién jugó un papel clave en ese regreso?

Sí, fue precisamente una fuente renovable la que marcó la diferencia en aquellas horas. Se activaron centrales de ciclo combinado para quemar gas y generar. También se recibió energía desviada desde países vecinos, como Francia o Marruecos, pero la gran capacidad demostrada para reactivar el suministro se encontró en uno de los mayores tesoros de la geografía española. El agua. Y, en ese plano, la batuta la llevaron las presas y sus centrales hidroeléctricas.

De entre todas ellas, hubo un caso destacado. Pero es que todo lo que rodea a la presa de Aldeadávila, en la cuenca del río Duero, lo es. Esta infraestructura de Iberdrola y compuesta de una presa y de dos centrales hidroeléctricas es la que lidera el ranking de España en materia de producción, con 2.400 gigavatios hora (GWh) anuales. ¿Mucho?, ¿poco? Pues supone el 8,5% de toda la energía hidroeléctrica del país. Pero más allá de poder abastecer de energía a la friolera de 733.000 hogares, cuenta con un poco frecuente as en la manga para casos como los del gran apagón.

De cómo sacar a España del apagón: ¿qué es el sistema 'start black'?

Lo primero que hay que comprender es que la práctica mayoría de las centrales que producen energía necesitan energía para comenzar el proceso. Da igual que sea una planta nuclear, una instalación fotovoltaica, aerogeneradores o una térmica o de gas natural, tan solo las hidroeléctricas cuentan con lo que se denomina arranque autónomo. Es decir, pueden prescindir de la necesidad de una energía externa para iniciar su funcionamiento. Como decía la canción, una suerte de 'chispa adecuada'.

Esa chispa fue lo que permitió recuperar buena parte del suministro estatal horas antes de las previsiones iniciales tras producirse la incidencia. Ni fue casual ni hubo lugar a improvisaciones, pues existe un protocolo diseñado -con simulacros periódicos incluidos- para estos casos de emergencia que consiste en, primero, poner en marcha las centrales con arranque autónomo para después alimentar los servicios auxiliares de las demás centrales hidroeléctricas.

Lo hacen con distintos medios y vías que pueden ir desde tener un sistema de baterías, mediante generadores autónomos o con el propio impulso del agua que hace girar las turbinas -el sistema suele ser el de dos embalses a distintos niveles-. Poco a poco, pero de forma progresiva y segura, se van generando puntos con los que la operadora estatal, Red Eléctrica de España, puede ir reconectando a sus líneas. Y esas tareas se realizan bajo la indicaciones de dicho organismo. 

Tanto la central hidroeléctricas de Aldeadávila, en el Duero, como la de Ricobayo, en el Esla, disponen de este sistema de 'black start' y fueron una clave de la reactivación vivida tras el 'cero energético' con ese arranque que después se pudo ir trasladando a otras presas como un efecto dominó. Pero no es la única característica por la que destaca esta infraestructura, concretamente, la central de Aldeadávila II. Es reversible, y eso quiere decir que puede funcionar como una central hidroeléctrica convencional o puede hacerlo como central de bombeo (entre los embalses de Saucelle y Aldeadávila).

Además, Aldeadávila I cuenta con un diseño especial que le permite a sus generadores funcionar a un rango muy amplio de potencia. Por ejemplo, desde esa primera central se pueden activar las centrales de bombeo de Aldeadávila II y Villarino. Al igual que otras hidroeléctricas por su propia naturaleza, es un regulador natural del sistema eléctrico, cuestión que se plasma en todo el complejo, un elemento clave de sincronización de la red con Francia y el resto de Europa. 

Los 'fundidos a negro' que sí auspicia Aldeadávila: un escenario de premio Óscar

El valor energético no es el único que hacen de este complejo un auténtico tesoro. Se conjugan desde los valores naturales y paisajísticos, arquitectónicos y de ingeniería, pasando por los históricos y culturales. En primer lugar, el privilegiado marco en el que se ha esculpido la considerada como de las primera centrales hidroeléctricas modernas lo conforma el cañón del tramo inferior del río Duero, en el Parque Natural de Arribes del Duero.

Una presa de 140 metros de alto por 250 metros de ancho que fue todo un macroproyecto para la época (1956-1963), la primera central hidroeléctrica española que se construía bajo suelo, horadando la piedra en unas dimensiones donde podría plantarse la mismísima catedral de León. Puede embalsar el equivalente a 97 'bernabeus'. En sus entrañas hay  12 kilómetros de túneles de 12 metros de ancho por 8 metros de alto. Y sí, ya hubo quien, con esta carta de presentación, no dudó en hacer sonar la claqueta.

Aldeadávila ha sido escenario de rodajes de laureadas cintas, desde el mejor cine clásico a taquillazos de acción. Prueba de ello son los cinco premios Óscar que cosechó la adaptación al cine de la novela de Pasternak, el Doctor Zhivago de David Lean. ¿Recuerdan esa presa que sale al comienzo y al final de la película? Exacto, Aldeadávila. Y también está presente en uno de los mejores 'pedazos' de la historia cinematográfica de nuestro país, La cabina, el cortometraje de Antonio Mercero.

Pero las instalaciones se prestan a la acción y albergaron en 2019 el rodaje de la sexta entrega de la saga Terminator, Destino oscuro, que contó con un elenco entre el que se encontraba el propio Arnold Schwarzenegger o Linda Hamilton, Sarah Connor. También rugió con los motores de A todo gas 10 -Too fast, too furious X-, con rostros habituales de esta colección, como el de Vin Diesel.

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