Bodegueros de todo el país temen la inestabilidad de los mercados que suponen las nuevas políticas del presidente estadounidense. Pese a haber aplazado los aranceles, la incertidumbre sigue encima de la mesa.
"Si ese palé que se ha anulado lo hubiésemos etiquetado, tendríamos que descorchar el vino, volverlo a embotellar en botella nueva y poner la etiqueta normal que utilizamos aquí, en el País Vasco".
España alcanzó un total de 391,4 millones de dólares en ventas y 67,3 millones de litros exportados, lo que la posiciona como el cuarto proveedor en valor y el séptimo en volumen.