El Juzgado de Briviesca (Burgos) ha fijado la ejecución para el 10 de junio, justo un año después de que este grupo de religiosas anunciasen su salida de la Iglesia Católica.
Ofrecerá menús diarios como solución temporal a los problemas económicos mientras se resuelve la demanda de desahucio presentada por el Arzobispado de Burgos.
El arzobispo de Burgos ha apartado a las diez clarisas de la Iglesia Católica tras meses de ataques y amenazas por ambas partes. Ellas aseguran que ha sido "voluntario".