Estos son los pueblos que forman la 'España del aceite' por su gran trabajo de esta joya de la gastronomía española
Algunas localidades donde este oro líquido lo es todo.

El aceite de oliva es, sin duda, uno de los tesoros agroalimentarios más apreciados y cotizados de España, además de un gran imprescindible de la dieta mediterránea. Rico en antioxidantes y ácidos grasos saludables, este “oro líquido” no solo realza el sabor de nuestros platos, sino que también protege nuestra salud y define el carácter de miles de kilómetros del paisaje cultivado en el país.
Precisamente en torno a esta joya culinaria nace la llamada ‘España del aceite’, compuesta por cinco localidades donde la excelencia en la producción de Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) se fusiona con el patrimonio histórico y la experiencia del oleoturismo, convirtiendo a este bien en todo un motor económico y cultural. Estos son los pueblos de España donde el aceite lo es todo:
Baeza (Jaén)
En esta localidad, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2003, se encuentra la primera almazara andaluza de carácter turístico: Oleícola San Francisco. Se trata de un molino donde se procesa el aceite y que además ofrece paseos por los olivares, catas y visitas guiadas, entre otras actividades.
También se puede visitar el Museo de la Cultura del Olivado, instalado en un cortijo del siglo XVII, que recorre la historia de la producción local en salas y maquinarias históricas. Además, su bodega es conocida como la Catedral del Aceite, un nombre imperioso que sin duda hace justicia a su reputación. No obstante, Baeza también destaca por monumentos tan emblemáticos como la catedral de la Natividad de Nuestra Señora o la Fuente de los Leones.
Martos (Jaén)
Aquí la vida cotidiana gira en torno al AOVE, y no es para menos, ya que es uno de los pueblos que más aceite producen en todo el planeta. Por ello, esta localidad es popularmente conocida como la Cuna del Olivar, así como fue recientemente declarada destino Starlight por la limpieza de sus cielos.
Además, los visitantes pueden disfrutar de monumentos como la iglesia de Santa María y el Castillo de la Villa, que acoge el Centro de Interpretación de la Historia marteña. Para los amantes del senderismo existen numerosas rutas de oleoturismo que permiten adentrarse a pie o en bicicleta en el extraordinario paisaje de olivos centenarios.
Baena (Córdoba)
Esta localidad cordobesa es especialmente conocida por su emblemático Museo del Olivar y el Aceite, que todavía conserva prensas hidráulicas del siglo XIX. Este lugar ofrece un recorrido educativo multisensorial de más de 800 metros cuadrados que sitúa al visitante en la historia del olivar en Baena, además de exhibir piezas tan importantes como la prensa hidráulica.
En los alrededores, los viajeros pueden visitar el castillo de Baena y el Museo histórico y arqueológico en la Casa de la Tercia, una parada obligatoria para los más curiosos. Para aquellos que prefieran las actividades al aire libre podrán transitar la Vía Verde del aceite y el Camino Mozárabe de Santiago, dos sendas que combinan el deporte con grandes yacimientos arqueológicos como el de Torreparedones.
Bailén (Jaén)
Al igual que en otras localidades jienenses, en Bailén también se pueden visitar varias de sus almazaras, donde además de aprender sobre el proceso de elaboración del aceite, se pueden realizar diversas catas y degustaciones, entre otros planes de oleoturismo. A su vez, este pueblo conserva un importante patrimonio arquitectónico con monumentos como su castillo, numerosas ermitas y la iglesia de la Encarnación.
Requena (Valencia)
El único pueblo que no pertenece a la comunidad andaluza pero que puede presumir de una perfecta combinación de oleoturismo y enoturismo en un casco antiguo declarado Conjunto Histórico-Artístico. Aquí se encuentra la primera almazara valenciana con producción exclusivamente ecológica: Oli Oli. Requena también alberga numerosas bodegas que ofrecen visitas guiadas, catas y degustaciones.
Además, algunos de sus edificios más emblemáticos que se pueden visitar son el castillo y la torre del homenaje, el Palacio del Cid, la iglesia de Santa María y la iglesia del Salvador, con increíbles fachadas góticas. Todo un destino que, además de estar estrechamente ligado al oro líquido, ofrece un sinfín de actividades y experiencias.