Los municipios de todo un país llegan a un pacto para dar caza al ave protegida que afecta la salud de los vecinos
Ha ocurrido en Dinamarca.

La Directiva de protección de las aves de la UE recoge como ave protegida a la grajilla, por lo que, por lo general, no se puede cazar. Sin embargo, el molesto ruido que hace y los riesgos que puede conllevar sobre la salud de los vecinos ha hecho que en algunos países como Dinamarca las comunidades se alíen para poder llegar a un pacto que termine con esta problemática.
De hecho, uno de los motivos por los que los ciudadanos se encuentran preocupados es que la especie se reproduce en grandes colonias, por lo que el ruido que hacen se vuelve aún más molesto.
Uno de los municipios que está trabajando para mantener la población de grajos reducida es Stevns, donde los voluntarios trabajan unidos con las asociaciones de caza para realizar este esfuerzo.
De hecho, entre el periodo del 1 de mayo al 15 de junio se permite realizar esta actividad de forma regular, siempre y cuando se haya recibido luz verde de la Agencia Danesa de Naturaleza y las molestias acústicas hayan sido tan grandes que puedan tener un impacto en la salud de los vecinos.
"Disparan a los polluelos que han saltado del nido, pero que aún no están preparados para volar", asegura Mette Lynggard, responsable de naturaleza y medio ambiente del municipio de Stevns.
Para llevar a cabo el control de la especie se emplearán diferentes métodos creativos, pasando incluso por cañones de agua que rocían a plagas voladoras. Además, para evitar el desperdicio de los animales, en algunas ocasiones se sirven como parte del menú.
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