Rusia se apodera de un pedazo de Francia: "Nos quedamos sin nada"
Tras la toma de posesión de la catedral ortodoxa de Niza en 2013, Rusia acaba de ser reconocida como propietaria de la iglesia y del cementerio de la ciudad francesa.

Tras la toma de posesión de la catedral ortodoxa de Niza en 2013, Rusia acaba de ser reconocida como propietaria de la iglesia y del cementerio de la ciudad francesa. Así lo ha decidido el Tribunal de Apelación de Aix-en-Provence, según informó el diario Nice-Matin.
En la segunda mitad del siglo XIX, la familia imperial y la Iglesia Ortodoxa Rusa adquirieron tierras en Niza y construyeron allí edificios religiosos. El objetivo era que estuvieran disponibles para los rusos que estaban de vacaciones en la Riviera Francesa, así como para aquellos que se establecieron allí después de la Revolución de Noviembre de 1917, según ha informado la cadena de televisión polaca TVP Info.
Las autoridades soviéticas, sin embargo, perdieron interés en estas propiedades y en la década de 1920 fue confiada a la asociación cultural Acor, creada para asegurar la continuidad del culto. Sin embargo, la parroquia ortodoxa rusa de Niza nunca se ha afiliado al Patriarcado de Moscú, prefiriendo el Patriarcado de Constantinopla y luego, en 2019, el Patriarcado rumano, según explica el mismo medio.
Pero tras la caída de la URSS, la Federación Rusa comenzó a exigir la toma de posesión de sus activos. Acor luchó por el derecho de posesión adversa, que otorga el derecho de propiedad sobre el inmueble, sujeto al pago de impuestos relacionados con la propiedad durante 30 años. Moscú, sin embargo, argumentó que la propiedad de la Iglesia Ortodoxa Rusa es propiedad del Estado ruso porque no fue dividida durante las adquisiciones y la construcción, y la propiedad estatal no está sujeta a un estatuto de limitaciones.
Después de años de disputas legales, Rusia recuperó la catedral ortodoxa en 2013. Y a pesar de un fallo de primera instancia a favor de Acor en 2021, ahora también ha recuperado el Cementerio del Cáucaso, donde cientos de emigrantes rusos están enterrados en una pequeña colina al oeste de la ciudad, y la Iglesia de San Nicolás y Santa Alejandra, llamada la "Iglesia Vieja" por los ortodoxos.
El tribunal de apelaciones dictaminó que, aunque ambas instalaciones fueron adquiridas mediante donaciones privadas, eran propiedad de la Iglesia y, por tanto, del Estado ruso. El organismo que se lo confió a Acor en 1920 –se argumentó– sólo podía haberle transferido la misión de organizar los servicios religiosos, y no la propiedad del inmueble. "Estamos en shock. Nos quedamos sin nada. No sabemos a dónde ir, cientos de fieles fueron expulsados a la calle", dijo Alexis Obolensky, presidente de Acor.