Las familias de los soldados norcoreanos muertos en la guerra entre Rusia y Ucrania podrán trasladarse a Pyongyang para participar en la construcción de un monumento en su honor. La medida, presentada por el régimen de Kim Jong-un como un "privilegio raro", busca contener el creciente descontento interno por el envío de tropas a apoyar a Rusia en el conflicto.

Varios informes surcoreanos han revelado que las familias recibirán viviendas en los nuevos suburbios de Songshin y Hwasong, zonas consideradas de desarrollo perferencial en la capital. Bajo el rígido sistema autoritario de Corea del Norte, residir en Pyongyang es un privilegio reservado a la élite.

"Normalmente, es un enorme privilegio poder vivir en Pyongyang [...] Pero también es fácil ver esto como un medio para controlar a las familias", explica a The Telegraph Rah Jong-yil, exdiplomático e investigador surcoreano.

Desde que medios estatales revelaron que Corea del Norte había enviado tropas a Ucrania, se estima que hasta 15.000 efectios participaron en el conflicto. Se calcula que 600 han muerto y más de 4.000 han resultado heridos.

Kim Jong-un defendió la participación en la guerra afirmando que "todos lucharon por la justicia y son hérores, representantes del honor de su país". Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, expresó su gratitud en un comunicado oficial: "Nuestros amigos coreanos actuaron por un sentido de solidaridad, justicia y genuina camaradería".

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