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Una estrella devora un planeta ante la mirada atónita de la NASA: el final le deja sin palabras

Una estrella devora un planeta ante la mirada atónita de la NASA: el final le deja sin palabras

"Estamos aprendiendo información valiosa sobre el destino final de los sistemas planetarios, posiblemente incluido el nuestro".

Vista en angulo bajo de estrellas en el cielo de noche, Indonesia.Getty Images/500px

El telescopio espacial de la NASA James Webb ha observado algo inédito que ha cambiado el pensamiento de los astrónomos sobre la desaparición de planetas en sistemas estelares. Por primera vez, los científicos lograron registrar con detalle una estrella que engullía un planeta, pero el proceso no fue como esperaban.

"Debido a que este es un evento tan novedoso, no sabíamos muy bien qué esperar cuando decidimos apuntar este telescopio en su dirección", afirma en un comunicado Ryan Lau, autor principal del nuevo artículo y astrónomo del NSF NOIRLab (Laboratorio Nacional de Investigación de Astronomía Óptica-Infrarroja de la Fundación Nacional de Ciencias) en Tucson, Arizona. 

"Con su aspecto de alta resolución en el infrarrojo, estamos aprendiendo información valiosa sobre el destino final de los sistemas planetarios, posiblemente incluido el nuestro", añade.

Hasta ahora, se creía que estos eventos ocurrían al final de la vida de una estrella, cuando esta se transforma en una gigante roja y, en su expansión, se traga a los planetas cercanos. Sin embargo, la estrella observada en este caso, ubicada a unos 12.000 años luz de la Tierra, no era una gigante envejecida, sino una estrella joven, todavía lejos de alcanzar su fase final.

Aproximación del planeta a la estrella

El fenómeno, catalogado como ZTF SLRN-2020, fue inicialmente detectado como un destello de luz por la Instalación Transitoria Zwicky en California. Datos previos del satélite NEOWISE ya habían mostrado un incremento en la emisión infrarroja un año antes, lo que sugería la presencia de polvo y llevó a los científicos a pensar que se trataba de una estrella similar al Sol envejeciendo hacia una gigante roja.

Sin embargo, las observaciones del instrumento MIRI del Webb revelaron otra historia. La estrella no era tan luminosa como debería si estuviera en fase de expansión, lo que indicaba que no se había hinchado como se creía

En cambio, el planeta, del tamaño de Júpiter y en una órbita más cercana que la de Mercurio al Sol, había estado acercándose a su estrella durante millones de años, en un proceso lento, pero irreversible. Similar al efecto que la Luna ejerce sobre los océanos terrestres, la gravedad de la estrella generó fricción en el planeta, haciendo que este perdiera energía y se precipitara hacia la atmósfera estelar, donde finalmente fue destruido.

"Con el tiempo, el planeta comenzó a rozar la atmósfera de la estrella. Luego fue un proceso desbocado", explica Morgan MacLeod, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian. Durante ese proceso, el planeta fue despedazado y su caída provocó la expulsión de gas y la formación de una nube de polvo.

El instrumento NIRSpec del Webb detectó un disco de gas caliente, rico en moléculas como monóxido de carbono, lo que sorprendió a los científicos. "No podría haber esperado ver lo que tiene las características de una región de formación de planetas", dice la astrónoma Colette Salyk. "Este es verdaderamente el precipicio del estudio de estos acontecimientos", añade Lau

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