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Los jardines botánicos cambian las etiquetas de sus plantas para eliminar los nombres racistas de las especies
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Los jardines botánicos cambian las etiquetas de sus plantas para eliminar los nombres racistas de las especies

"Ya es hora de que afrontemos el pasado colonial de la botánica y sus consecuencias hasta el día de hoy".

Tras el cierre debido a la pandemia de Corona, los visitantes pueden volver a pasear por las instalaciones exteriores del Jardín Botánico de Dahlem.dpa/picture alliance via Getty I

En una lluviosa mañana de primavera, Nils Köster, curador de colecciones vivas tropicales y subtropicales del Jardín Botánico de Dahlem, reemplaza discretamente un cartel metálico frente a un arbusto de flores blancas. La planta, anteriormente conocida como 'Erica caffra', ahora lleva el nombre 'Erica afra'. 

A unos metros, en un invernadero cerrado al público, otro letrero cambia: 'Harpephyllum caffrum', que significaba 'hoja de hoz de Kaffir', pasa a llamarse 'Harpephyllum afrum', 'ciruela Umgwenya', término tomado del zulú.

Estos gestos, aparentemente menores, simbolizan un cambio profundo en la botánica: el reconocimiento de su papel en el colonialismo. Durante los siglos XIX y XX, miles de naturalistas eruopeos, respaldados por imperios coloniales, clasificaron y renombraron plantas sin considerar los saberes locales. En muchos casos, los nombres impuestos reflejaban visiones racistas, como el término 'Kaffir', usado peyorativamente para referirse a los xhosa del sudeste africano.

Hora de un cambio

"El mundo científico celebró durante décadas la gran época dorada de la biología sin cuestionar que también fue una era de apropiación y explotación", explica Köster a Frankfurter Allgemeine. Hasta julio de 2024, más de 300 especies conservaban nombres que contenían 'caffra', 'cafrum' o variantes similares. En una decisión histórica, el Congreso Botánico Internacional aprobó entonces su reemplazo por formas neutrales como 'afra' o 'afrum'.

"Ya es hora de que afrontemos el pasado colonial de la botánica y sus consecuencias hasta el día de hoy", afirma el experto, satisfecho de implementar la nueva nomenclatura. Para él, el cambio también es una oportunidad de integrar voces y lenguas indígenas: "A menudo decimos que los investigadores europeos descubrieron nuevas especies, pero muchos pueblos indígenas ya las conocían o utilizaba".

Sandy Knapp, presidenta del congreso en Madrid, considera que esta medida "es un primer paso monumental". "Ya es hora de devolver la dignidad a los habitantes de las antiguas colonias y superar la ignorancia, el paternalismo y el eurocentrism", añade Ohiniko Mawussé Toffa, germanista togolesa y científica cultural.

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