Cuando Daiana Kreiman y su marido volvieron a trabajar fuera de casa, instalaron cámaras para vigilar a su golden retriever, Pumba, que se pasaba solo el día entero. Aunque es un perro de asistencia bien entrenado, a Daiana le preocupaba cómo llevaría la soledad. “No pensé que hiciera travesuras, pero me daba pena”, contó. Las grabaciones resultaron ser sorprendentes, y es que su querido amigo peludo aprovechaba su ausencia para descansar a cuerpo de rey.
El martes, Voitto Uusinoka, un joven de 16 años de Lempäälä, se sorprendió al ver un lince salvaje observando tranquilamente a través de la ventana del granero. Sus perros ladraban sin parar, especialmente el chihuahua, que estaba a salvo tras el cristal. El felino, que parecía hambriento, mostró especial interés por el pequeño perro. Uusinoka ya había visto al mismo lince días antes y asegura que el chihuahua sigue pendiente por si vuelve a aparecer.