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Un pueblito de Córdoba alberga uno de los puentes más extraños de España: está al revés

Un pueblito de Córdoba alberga uno de los puentes más extraños de España: está al revés

Un peculiar diseño que desafía las leyes de la gravedad.

Vista de la ciudad de Córdoba, declarada Patrimonio de la Humanidad.Shutterstock

Los puentes son vestigios de épocas pasadas que han sobrevivido al paso del tiempo. Más allá de conectar geografías separadas, cada puente narra relatos de ingenio y transformación humana, reflejando diferentes culturas y técnicas constructivas que han permitido edificar diversas tipologías, como los colgantes, los de arco o los levadizos. De todas estas infraestructuras hay una que destaca especialmente por su peculiar diseño.

En la orilla del Guadalquivir, junto al municipio de Posadas, se alza un puente singular que está construido al revés. Esta inusual disposición estructural hace que los arcos metálicos estén orientados hacia el cauce en lugar de proyectarse sobre él, una particularidad que solo podemos ver en otro puente de España: el que se alza sobre el río Tordera, en la provincia de Girona. Esta obra es todo un icono moderno de la arquitectura.

Con sus 235 metros de longitud y 11 de anchura, este puente descansa sobre siete grandes pilares de hormigón que sostienen toda la estructura. Entre cada uno de estos gigantes soportes se proyectan hacia abajo una sucesión de ocho semicírculos de acero, con vigas en forma de V. Aunque esté al revés, desde lo alto del tablero se pueden disfrutar de unas panorámicas hacia el mirador natural de La Villa del Río.

Un puente con leyenda

La historia de esta construcción se remonta a los años 40, cuando surgió la necesidad de edificar un puente que salvase el obstáculo natural que representa el río Guadalquivir. Aunque los cimientos se habían colocado durante la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República paralizó las obras hasta que, finalmente, el ministro de Obras Públicas, Fernando Suárez de Tangil y Angulo, más conocido como el Conde de Vallellano, inauguró el puente en 1951.

Esta construcción, que posteriormente pasó a ser conocida como el puente de Posadas, es obra del prestigioso ingeniero de caminos Eduardo Torroja. Más allá de su estética, el objetivo primordial fue facilitar la conexión entre la vega y la campiña cordobesas con la sierra malena, sustituyendo el antiguo paso en barca y aliviando el desempleo local al permitir a los jornaleros desplazarse con facilidad.

A la fascinación técnica se suma un toque de misterio, ya que la leyenda local cuenta cómo la noche antes de su apertura unos seres maléficos e invisibles levantaron el puente de sus estribos y lo giraron del revés como gesto de venganza o capricho. Este puente invertido no solo desafía la gravedad visual, sino que se ha consolidado como uno de los más singulares de España, símbolo del ingenio arquitectónico y cultural de la época. 

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