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Jaén cuenta con la desconocida catedral del agua que es todo un tesoro patrimonial

Jaén cuenta con la desconocida catedral del agua que es todo un tesoro patrimonial

Toda una joya cultural que crea una estampa impresionante.

Vista aérea de Jaen, Andalucía, y de la catedral de la ciudadMiradas via Getty Images

El agua es un elemento primordial que sostiene la vida y moldea nuestro entorno, algo indispensable en la historia de las civilizaciones y en el desarrollo de las comunidades. En Jaén se esconde un pequeño pueblo donde este recurso ha jugado un papel esencial a lo largo de su historia, tanto que su presencia ha propiciado que en tiempos de sequía este lugar no tuviera ningún problema, así como también ha dado lugar a alguna que otra inundación.

Estamos hablando de Beas de Segura, un municipio andaluz donde el agua siempre ha sido la esencia vital que da sustento tanto a la tierra como a la comunidad. Desde tiempos inmemoriales, el agua ha regado los cultivos y moldeado la convivencia de sus vecinos. Hoy, este recurso natural se redefine como el protagonista de un relato lleno de historia y belleza, impulsado por el Ayuntamiento y el área de Turismo de la localidad.

Tanto es así que desde el consistorio están organizando visitas a zonas del casco antiguo donde se ubicaba el antiguo molino o la disposición de sus viviendas, organizadas estratégicamente en torno al río y su vega. Desde siempre el agua ha servido para configurar un paisaje único donde tradición y naturaleza se fusionan de manera excepcional. Pero si por algo destaca Beas de Segura es por su inusual catedral del agua. 

Una estampa impresionante

Dentro de este amplio catálogo patrimonial, destaca una estructura que ha capturado la imaginación de quienes han tenido la suerte de conocerla: la imponente "Catedral del Agua". Se trata de un depósito formado por dos vasos, cada uno con la capacidad de retener hasta 800.000 litros. La estructura, rematada por un columnario abovedado, fue erigida en la década de los 50 para asegurar el suministro de agua al municipio.

Lo que podría parecer una simple infraestructura con la función de contener agua, hoy se ha convertido en un auténtico templo de este líquido vital. La arquitectura que refleja sobre la superficie del agua crea una estampa impresionante que sorprende a cualquiera. Por motivos sanitarios, no se trata de un espacio abierto al público, sino que solo se puede pasar a su interior durante labores de limpieza y mantenimiento.

A pesar de que las visitas son limitadas debido a las exigencias sanitarias y operativas de la compañía gestora, este sitio ha logrado llamar la atención de muchos curiosos que quieren admirar la proeza arquitectónica que esconde. Beas de Segura demuestra así, una vez más, que su legado no solo se mide en la producción agrícola, sino en la capacidad de transformar recursos cotidianos en verdaderas joyas culturales.

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