Crece la presión por la llegada masiva de cruceros al popular destino español y ya hablan de convertirlo en Venecia
El Govern balear ya negocia una renovación del pacto que limita los atraques ante la previsión de un nuevo récord de pasajeros en Palma.

La temporada de cruceros ha arrancado en Palma con cifras que desbordan previsiones y levantan ampollas. En apenas siete días, 23 buques han atracado en la capital balear, cuatro de ellos megacruceros con capacidad para más de 5.000 pasajeros. Este aumento, un 21 % más que en el mismo periodo del año pasado, ha vuelto a poner sobre la mesa una pregunta que muchos en la isla llevan tiempo repitiendo: ¿se está cumpliendo realmente el acuerdo que desde 2022 limita la llegada de estos gigantes flotantes?
Durante el pasado puente de mayo, los días 29 de abril y 2 de mayo, hasta cinco cruceros coincidieron en los muelles del puerto. Lo hicieron a pesar de que el pacto firmado entre el Govern balear y las consignatarias en 2021, en vigor desde enero de 2022, establece un máximo diario de un megacrucero y dos embarcaciones más pequeñas. La clave está en la letra pequeña. Según ha publicado el diario Última Hora, los barcos con menos de 500 plazas no computan en el recuento, una cláusula que permite inflar el número de atraques diarios sin incumplir, técnicamente, lo firmado.
La Autoritat Portuària de Balears (APB) ha confirmado que siete de los barcos que han llegado esta última semana a Palma tenían menos de 500 plazas. Once más se situaban entre las 501 y las 4.999, y cuatro superaban las 5.000. En total, estos cruceros sumaban una capacidad de 58.255 pasajeros, lo que da una media de 8.322 personas por día, justo por debajo del límite de 8.500 establecido por el acuerdo. No obstante, no dispone de un sistema de recuento en tiempo real, por lo que estas cifras se basan en la capacidad máxima de los buques, no en su ocupación real.
Los ecologistas piden seguir el modelo de Venecia
Las reacciones no han tardado en llegar. Las organizaciones ecologistas de Baleares, como el GOB, la Plataforma contra los Megacruceros y el colectivo Menys Turisme Més Vida, han denunciado que la masificación turística vuelve a desbordar Palma. Sus críticas apuntan tanto al impacto medioambiental de los cruceros (por sus emisiones, consumo de agua y gasto energético) como al efecto sobre los barrios más saturados de la ciudad. Estas entidades reclaman medidas más estrictas y miran hacia el modelo de Venecia, que desde 2021 prohíbe el acceso a embarcaciones de más de 180 metros de eslora o que superen ciertos niveles de emisión de azufre.
Mientras tanto, el conseller de Turisme, Joan Bauçà, ya ha adelantado su intención de renovar el acuerdo marco antes de su vencimiento en 2027. El objetivo, según ha afirmado, es incorporar nuevos requisitos vinculados a la sostenibilidad y la eficiencia, aunque insiste en que el pacto actual “se está cumpliendo”. Tanto el Govern como la patronal del sector defienden que se respeta lo pactado, pero el creciente volumen de pasajeros previsto para los próximos meses alimenta la desconfianza entre vecinos y colectivos ecologistas.
Y no es para menos. La Autoritat Portuària prevé que solo en este mes de mayo recalarán en Palma hasta 65 cruceros, un 4,84 % más que en mayo de 2024. Si se cumplen las estimaciones para todo el año, habrán llegado a la ciudad 551 buques entre enero y diciembre, con capacidad para transportar a más de 1,8 millones de personas. En cifras absolutas, son 47 barcos más y 41.000 pasajeros adicionales en comparación con el año anterior. Aun así, el volumen total no ha recuperado todavía el récord de 2019, cuando se registraron 592 escalas y nació la primera gran plataforma contra los megacruceros.
La prensa internacional también ha puesto el foco en Palma. El tabloide británico Daily Express ha informado de la llegada masiva de buques turísticos a la isla y ha subrayado la preocupación creciente entre las autoridades y la población local. Aunque el medio reconoce que las cifras se mantienen por debajo del límite legal, también destaca que los barcos pequeños están exentos del cómputo, lo que permite que se acumulen hasta cinco atraques diarios. Al igual que los colectivos baleares, el diario señala el modelo de Venecia como referencia para frenar la saturación portuaria.
En Palma, el verano todavía no ha empezado, pero muchos ya sienten que la ciudad navega peligrosamente hacia un futuro que se parece demasiado a ese otro destino ahogado por el turismo de masas.