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Fernando León de Aranoa: "Para mí hacer una película o un libro es como sostener una conversación"
Cultura

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Fernando León de Aranoa: "Para mí hacer una película o un libro es como sostener una conversación"

Entrevista con el cineasta, que presenta su nuevo libro de cuentos, 'Leonera'. 

Fernando León de Aranoa©Isabel Wagemann

Escribir para poner orden. Esa fue una de las razones que impulsaron a Fernando León de Aranoa a escribir su nuevo libro de cuentos, relatos y piezas breves, Leonera (Seix Barral), en el que reflexiona sobre el paso del tiempo, la creatividad o el día a día. 

El cineasta, autor de grandes obras del cine español como Los lunes al sol, Princesas o El buen patrón, se ha pasado la última década escribiendo sobre pequeños instantes del día a día que se reúnen en este libro. No es la primera incursión en la literatura de León de Aranoa, que en 2013 ya publicó Aquí yacen dragones y que, en un futuro, no descarta animarse con una novela. 

León de Aranoa recibe a El HuffPost en una cafetería del centro de Madrid, con el olor a café de la mañana todavía en el ambiente para charlar sobre sus procesos creativos, la situación del cine en España o la amenaza de los aranceles de Trump.   

¿De dónde nace el impulso para hacer este libro y cómo ha sido el proceso en comparación con el rodaje de una de tus películas?

La decisión de hacerlo viene desde muy atrás, de inercia con respecto al libro anterior que había publicado. Encontré mucho placer en la publicación de aquel libro y de alguna manera por cómo era aquel libro y por cómo es este, que se compone de muchas piezas breves, de cuentos de dos o tres páginas, a veces un poco más breves, aforismos casi, había algo que no podía detener. 

Estaba habituado a esa sinergia y me seguía sucediendo, la necesidad o el impulso a veces en una sala de espera, en un viaje... seguía encontrando lo que hoy son los cuentos. Una idea detrás de algo aparentemente cotidiano o trivial, encontrar algo que puede ser excepcional en algo que puede ser muy rutinario. Seguía sucediendo y durante estos últimos diez años, que es el tiempo que me ha llevado hacerlo, he seguido acumulando esas historias. Ha sido en el último año cuando he hecho el trabajo de edición, de revisarlos todos, de eliminar muchos y añadir algunos, de darles su forma definitiva. Son pequeños hallazgos o revelaciones que vas haciendo y me seduce mucho la idea de escribirlas, de darles forma literaria y luego de exponerlas todas juntas en esta especie de Leonera. El título viene de mi apellido pero también del desorden y escribir todo eso también responde a la necesidad de poner un cierto orden en la leonera.

  Portada de 'Leonera'Seix Barral

¿Has utilizado la escritura para ordenar tus ideas? 

Sí, yo creo que siempre es así. En realidad, muchas veces escribir sobre las cosas te ayuda a comprenderlas. En mi caso es así, es algo que le leí también a Bioy Casares en algún momento, él decía que no tenía opinión sobre algo hasta que no escribía sobre eso y me pareció muy interesante y me sentí muy identificado porque al final escribir es una forma no de explicar el mundo, sino de entenderlo. Cuando digo el mundo también me refiero a uno mismo, también se trata de explorar un poco las contradicciones que ves fuera pero también las que uno lleva dentro puestas, que suelen ser las que más le afectan en la vida y las más importantes. 

Muchos de los cuentos están escritos desde ahí, desde el desencuentro, la perplejidad ante algo. Hay una cosa que creo que conviene mucho mantener para hacer cualquier trabajo creativo que es la curiosidad y la capacidad de extrañamiento, que las cosas te sorprendan. Y si te sorprenden pues vas a indagar sobre ellas, vas a intentar buscarles una explicación, en mi caso a través de la escritura.

"Escribir sobre las cosas te ayuda a comprenderlas"

Hablas de esa inercia natural al abordar los relatos, ¿has sentido lo mismo a la hora de hacer tus películas? 

Debe haber una parte en común importante porque es la misma persona acercándose a unas realidades o a otras. Pero bueno, justo una de las cosas por las que me gusta mucho trabajar este género de relatos breves es porque es muy diferente. No solo en el proceso, sino también en la manera de acercarte a la realidad, abrazar la ficción de otra manera, más intuitiva, más rápida. Las películas conllevan un proceso creativo muy largo y muy sostenido en el tiempo, dos o tres años, es como si tuvieras que tener esa resistencia, ser más un corredor de fondo que un sprinter, y en estos cuentos una de las cosas más interesantes para mí es que lo que domina en ellos es el momento de la invención. Cuando surge la idea, ese fogonazo, y ese es el momento más divertido para el lector y para el que lo escribe. 

Están muy apoyados en ese primer instante y entran ya directamente en la acción de lo que está pasando, no hay prolegómenos, no hay especulación, no hay promesas que van a desarrollarse en el tercer acto. El tercer acto está a diez líneas. Creo que esa es la diferencia fundamental en cuanto al proceso. Por supuesto los cuentos llevan un trabajo de rescritura, de maduración, pero en cierto modo hay menos filtro. En el otro proceso, a veces es tan largo que hay mucho filtro y eso puede hacer que llegues a racionalizar un poco en exceso o incluso que cambies de opinión sobre lo que estás haciendo. También la mediación de otras personas, que aunque el cine en buena parte es el arte de conseguir que 100 personas juntas cuenten la misma historia, nada menos, todas esas mediaciones y el tiempo extendido hacen que en el montaje un año después estés diciendo ‘y si...’, y en los cuentos eso pasa menos, el impulso inicial está ahí.

¿Querrías seguir explorando tu faceta literaria?

Me gustaría, sí. Yo como cineasta siempre me he definido más como un escritor que dirige. Porque mi entrada en el cine fue a través de la escritura de guiones. El momento de enamoramiento fue en un taller de guión y aquello me pareció muy interesante. Ya en ese momento, cuando tenía 20 años, me presentaba a certámenes de narrativa breve con cierta fortuna, lo que me hizo creer que era posible. Decía ‘bueno, igual no se me da tan mal’. Es verdad que me enfoqué en el cine y ha sido mi actividad principal y me siento muy a gusto, me ha regalado muchas cosas y espero que lo siga haciendo. Pero es verdad que es muy seductor y muy atractivo poder combinarlo con ese otro trabajo en el que el escritor tiene más todo el control de lo que escribe. Me gustaría probar la novela pero bueno, cuando llegue el momento, no me atrevo a especular todavía con si sucederá o no.

"Todo lo que leemos, todas las películas que vemos o las canciones que escuchamos nos forman como personas. Sobre todo si uno empieza a hacerlo de niño"

Comentabas en otra entrevista que creías en la ficción para buscar explicaciones, ¿crees que la cultura puede ser un refugio? 

Sí. Cuando uno lee, se va a ver una película y se mete en una sala de cine, pasan muchas cosas distintas y creo que casi todas buenas y enriquecedoras. También creo que al final todo lo que leemos, todas las películas que vemos o las canciones que escuchamos nos forman como personas. Sobre todo si uno empieza a hacerlo de niño. Nuestra mirada sobre la realidad está conformada de todo eso, también nuestra personalidad y sobre todo nuestra sensibilidad. Es importante, y aunque a veces se infravalore y se cuestione ‘¿puede un libro cambiar las cosas?’. No, no puede cambiar las cosas pero una película o un libro tienen mucho ascendente sobre la formación de la mirada de las personas. Yo en mi caso agradezco que haya sido así. Todo lo que he leído y visto me ha llevado a ser quien soy hoy, probablemente mucho más que otras cuestiones.

Una de las constantes en tu obra es el aspecto social 

Es importante reflejarlo por dos razones. Por una lado vivimos en sociedad, no sirve solo lo que uno piensa sino que lo que comparte, de entrada, con su gente más cercana. Siempre he dicho que para mí hacer una película o un libro es como sostener una conversación, lo que pasa que en lugar de sostenerla con tus tres amigos la vas a sostener con mucha más gente y durante mucho más tiempo. Es verdad que es importante si vas a estar, en el caso de una película dos o tres años, sosteniendo una conversación primero contigo, luego con tu equipo, con los medios y con el público, elegir un tema de conversación que te importe. 

En mis películas intento hablar de los mismos temas de los que hablo en mi vida privada. Es como una extensión, no concibo tener una serie de inquietudes en la vida y después hacer una película sobre cualquier otra cosa. Sucede de manera natural. Sí hay un interés por la gente que sale unos metros más atrás en la carrera y tiene esa desventaja. Más que interés es admiración. Cuando pienso en los personajes que he tratado en mis películas, en los desempleados de los Lunes al sol, en las chicas de Princesas o en los documentales... no es un sentimiento de solidaridad o simpatía, es un profundo sentimiento de admiración. Es decir ‘esta gente merece nuestra admiración y nuestro respeto’, nada menos que por tenerlo más difícil y salir muchos metros más atrás.

"Cuando pienso en los personajes que he tratado en mis películas, en los desempleados de los 'Lunes al sol', en las chicas de 'Princesas' o en los documentales... no es un sentimiento de solidaridad o simpatía, es un profundo sentimiento de admiración"

Comentabas que te interesaba más lo íntimo, las escenas cotidianas en las que aparentemente no pasa nada extraordinario, ¿qué crees que aporta al lector o al espectador? 

Supongo que en la cotidianidad estamos todos. En salir por la mañana de tu casa, coger el transporte, ir al trabajo y hacer una serie de cosas como llamar a media mañana a tu familia... eso es algo que nos sucede a todos. Ahí es donde uno encuentra las historias más importantes pese a lo aparentemente pequeño que está sucediendo. A veces lo que más te inspira está en lo más pequeño, en una cafetería, en una entrevista... es algo que como lector he experimentado también.

Cambiando a la actualidad, ¿qué te parece el anuncio de Trump sobre los aranceles al cine y la posible respuesta de España? 

Tengo la impresión de que en este caso, como en otras medidas que ha anunciado, son ideas desde luego proteccionistas pero sin formular y sin aterrizar, de manera que si esto llega a suceder es importante ver la letra pequeña para dar la respuesta ajustada. Esto siempre es importante. De una manera un poco simplificadora, si esto va a suponer un gravamen para el cine internacional producido en otros países para estrenarse en suelo norteamericano, que es algo que ya es difícil de por sí, si eso va a dificultar todavía más esa posibilidad de que nuestros trabajos se estrenen en su territorio, lo que creo que es evidente es que si hay reciprocidad en ello saldrían mucho más perjudicados ellos, porque la industria norteamericana obviamente está instalada en todos los países del mundo. 

"Si hay reciprocidad en los aranceles saldrían mucho más perjudicados ellos, porque la industria norteamericana obviamente está instalada en todos los países del mundo"

Francia es de los países más proteccionistas en su legislación y es el que consigue una cuota de pantalla nacional mucho más alta. El resto de los países creo que estamos en circunstancias parecidas y lo que pienso es que en una situación de reciprocidad resultarían mucho más perjudicados ellos porque ellos son los grandes exportadores de cine.

Mencionas a Francia, que siempre se aplaude como referente cultural, ¿qué podemos aprender en España de ellos?

Ellos han hecho una cosa siempre muy bien que es darle mucho valor a la cultura, darle el valor que realmente tiene. Entienden la trascendencia y cómo influye en muchos ámbitos de la vida y en la imagen exterior del país. Se nota cuando muere un gran actor francés, los funerales son casi de estado y eso es un síntoma. Podemos pensar que es algo pequeño pero es un síntoma importante, eso no pasa en muchos otros lugares. Luego eso llevado a terrenos más importantes, lo que han hecho siempre es aplicar una política de excepción cultural, que en cuestiones tributarias haya una excepción en todo lo que tiene que ver con importación y exportación diferente a otros productos que también se producen en Francia. Proteger a la cultura y no someterla a ese libre mercado internacional que muchas veces es muy agresivo.

Después de tantos años siendo un referente, ¿en qué momento crees que está la industria cultural en España? 

A veces me cuesta hablar de la industria cultural porque uno se siente parte de eso y un planteamiento de industria a veces conlleva ciertas limitaciones y maneras de trabajar más propias del mercado que de la creación. Por eso me gusta más verlo desde ese otro ámbito. Y en ese sentido siento que es un momento muy rico en varios sectores, siento que hay mucho movimiento cultural. Lo percibo no desde dentro, sino desde fuera como ciudadano. Hay muchísimas cosas que ver, no da tiempo, siento que voy por detrás de todo lo que me gustaría leer, ver o hacer. Están pasando muchas cosas interesantes, creativamente es un buen momento.

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MOSTRAR BIOGRAFíA

Uxía Prieto es redactora de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, moda o estilo de vida. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela y posteriormente estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo. Puedes contactar con ella escribiendo a: [email protected] 

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