Antes las crecientes tensiones militares que se están viviendo en Asia y el temor de una eventual Tercera Guerra Mundial, Japón ha anunciado planes para duplicar el número de refugios antibombas subterráneos capaces de proteger a la población ante posibles ataques con misiles.

La decisión se produce tras una serie de incidentes que han alarmado a Tokio, entre ellos el reciente lanzamiento de misiles balísticos por parte de Corea del Norte hacia el Mar de Japón, también conocido como Mar del Este, y el aumento de la actividad militar china en torno a Taiwán, incluido el despliegue de buques de guerra en la zona. 

Estos movimientos, según informa Express.co, han obligado al gobierno japonés a cambiar su enfoque defensivo, tradicionalmente limitado por su Constitución pacifista de posguerra. 

Estándares de máxima resistencia

Actualmente, Japón cuenta con cerca de 100.000 "instalaciones de evacuación", aunque la mayoría son espacios abiertos como parques, sin protección efectiva. Además, unas 56.000 instalaciones de evacuación de emergencia, generalmente edificios de hormigón como escuelas y oficinas gubernamentales, ofrecen una resistencia parcial ante explosiones. 

Por el contrario, solo existen 3.336 búnkeres subterráneos capaces de resistir ataques nucleares, la mayoría privados y ubicados en zonas rurales, lo que deja desprotegida a casi toda la población urbana.

Los nuevos búnkeres estarán diseñados con estándares de máxima resistencia: se ubicarán a gran profundidad, tendrán muros de hormigón reforzado con acero de más de 30 cm, y contarán con suministros esenciales para garantizar la supervivencia de hasta dos semanas. Asimismo, cada persona dispondría de dos metros cuadrados de espacio. Algunos de estos refugios estarán situados cerca de Taiwán y otras islas estratégicas del suroeste japonés.

La medida se complementa con la participación de Japón en los ejercicios militares KAMANDAG 9 junto a EEUU, Filipinas y Corea del Sur. Estas maniobras incluyen operaciones anfibias en el Mar de China Meridional y el despliegue del sistema de misiles estadounidense NMESIS, capaz de alcanzar objetivos navales a más de 180 kilómetros.

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