La guerra de invasión en Ucrania no es ni lo rápida ni lo limpia que Rusia esperaba al lanzarla, allá por febrero de 2022. El desgaste en las fuerzas armadas, los efectivos y los medios de ambos lados es evidente y toca recurrir a ayuda externa. Por ejemplo, se sabe que las dos partes en combate están utilizando componentes chinos en sus armas, una de las pocas cosas que tienen en común: las necesitan porque son menos caras pero tienen problemas de calidad. 

Según explica el canal de noticias finlandés MTV, una parte importante de los drones fabricados en Ucrania no funcionan, lo que provoca importantes dolores de cabeza y trabajo extra para los militares. Lo han visto sus informadores sobre el terreno, acompañando al desarrollador de drones Maxim Klymenko, de la compañía Amazing Drones.

Por lo general, la causa principal del problema resulta ser un componente chino, como la unidad de control de vuelo, que Klymenko describe como el "cerebro" de los drones. Según expone, los defectos son claramente más frecuentes en los drones fabricados por grandes empresas que en los pequeños. Grandes que vienen del gigante asiático.

En un pedido grande, entre el 10 y el 15% de las unidades de control de vuelo estaban defectuosas, calcula Klymenko. Sospecha que la causa está en una fábrica china, donde "se sabe con certeza" que estas piezas van a Ucrania. “No hemos tenido un problema similar con las piezas chinas porque no las compramos directamente de la fábrica, sino de un distribuidor chino”, dice el experto.

China es oficialmente una parte neutral en la guerra entre Rusia y Ucrania, pero como lo demuestra la participación del presidente Xi Jinping y las tropas chinas en el desfile del Día de la Victoria, el país es un socio fuerte de Rusia. Desde septiembre de 2024, China ha restringido el suministro de piezas de drones a Ucrania, según el medio de comunicación ucraniano Kyiv Independent.

Queja de los soldados

Como los componentes defectuosos parecen ser completamente funcionales y no hay tiempo para probar adecuadamente cada dron durante la guerra, una gran cantidad de UAV defectuosos también terminan en el frente. Según Klymenko, los militares se han quejado de que no es inusual que haya más de un lote de diez drones defectuosos.

La reparación en condiciones de campo es difícil y requiere mucho tiempo, y los soldados tendrían que hacer mucho más que desmontar y montar drones. A menudo, simplemente para encontrar una falla es necesario probar todas las partes, por ejemplo reciclándolas en drones que se sabe que funcionan.

Ucrania produjo un total de 2,2 millones de drones pequeños en 2024, dijo el presidente Volidimir Zelenski. El objetivo de este año es superar los cuatro millones. Al mismo tiempo, Ucrania ha estado trabajando para aumentar el número de drones totalmente nacionales. Casi todas las piezas necesarias para los drones, desde los motores hasta las cámaras, ya se pueden conseguir con el sello "Hecho en Ucrania", pero las cantidades aún no son suficientes.

Si bien una fábrica ucraniana puede tener un período de espera de dos meses, piezas similares procedentes de China pueden entregarse en su domicilio en un mes, afirma Klymenko.

En Ucrania se sospecha que al menos algunos de los drones supuestamente fabricados en Ucrania en realidad se fabrican en China. Sólo fueron modificados ligeramente en Ucrania y tienen pegatinas adecuadas pegadas en el costado.

El remate

Además de Ucrania, Rusia también utiliza piezas chinas en sus drones y otras armas. Lo más llamativo, el nuevo misil de crucero ruso S8000 "Banderol", que contiene un motor a reacción Swiwin SW800Pro, que se puede pedir en la tienda online china AliExpress, por ejemplo, afirma el servicio de inteligencia ucraniano, según el medio ucraniano Kyiv Post.

Según Ucrania, el misil de crucero en cuestión también contiene baterías japonesas, un servomotor surcoreano y microchips de fabricantes estadounidenses, chinos, suizos, japoneses y surcoreanos.

A pesar de las sanciones, parece que la tecnología occidental sigue acabando en las armas rusas. Sin embargo, Rusia también ha encontrado problemas de calidad con las piezas chinas, que han sustituido por ellas la electrónica occidental que necesita la industria militar, informa la revista británica The Economist.