La policía de la ciudad de Boulder, en Colorado, ha detenido este domingo a un hombre acusado de lanzar un objeto incendiario a un grupo de personas que, según The New York Times, se habían citado el exterior de un centro comercial para recordar a los rehenes de Israel que, desde octubre, todavía siguen secuestrados por Hamás en la Franja de Gaza.  

Una agresión que el FBI investiga como "ataque terrorista deliberado" aunque, como indican medios de EEUU, las versiones de la policía federal y la local son contradictorias, ya que estos últimos dicen estar "trabajando" para averiguar el móvil del ataque, según ha informado el jefe de la policía de Boulder, Stephen Redfearn. "Ahora mismo no puedo confirmar que estuviera dirigido a un grupo específico. Comprendemos que en estos momentos hay mucha tensión y muchos problemas en todos los rincones de Estados Unidos", ha declarado antes de defender que "sería irresponsable especular con el motivo y otras cuestiones".

Lo que sí se sabe es que el incidente ha dejado varios heridos de diversa consideración, pero no se ha precisado todavía el número exacto de afectados. "Cuando llegamos a la zona, encontramos a varias víctimas que tienen heridas consistentes con quemaduras", apuntó Redfearn, quien agregó que dos son de carácter grave. En este sentido, el jefe de la Policía de Boulder ha lanzado un mensaje de apoyo a heridos y familiares. "Nuestros corazones están con ellos y vamos a hacer todo lo posible durante toda la noche para proporcionar más información y dar una respuesta a todo el mundo", ha señalado.

Redfearn, en cambio, sí ha informado de que "por el momento, no lo estamos calificando como un ataque terrorista", si bien la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) ha movilizado a los agentes y medios necesarios para esta investigación que ha calificado de acto de terrorismo. "Si tiene pistas, por favor, contacte con el FBI. Y si ayudó o instigó este ataque, te encontraremos. No puedes esconderte", advierte el subdirector del FBI, Dan Bongino, en su cuenta de X (antes conocido como Twitter)

Por su parte, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha asegurado que  está "siguiendo el ataque terrorista", dando por válida la hipótesis del FBI sobre la naturaleza del suceso: "Trabajamos con nuestros socios interinstitucionales, incluyendo el FBI, y compartiremos más información tan pronto como esté disponible", ha señalado en redes sociales, antes de defender que "esta violencia debe cesar".

Varios edificios cercanos al centro comercial Pearl Street han sido desalojados por las fuerzas de seguridad en lo que el gobernador de Colorado, Jared Polis, ha calificado de "atroz acto de terrorismo", según recoge el diario 'Denver Post'. "Los actos de odio de cualquier índole son inadmisibles", ha afirmado Polis en un comunicado publicado en redes sociales. "El estado (de Colorado) está trabajando con las fuerzas de seguridad locales y federales para apoyar esta investigación", ha añadido.

La organización Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés) y dedicada a combatir el "antisemitismo" promoviendo políticas a favor de Israel, ha asegurado en sus cuentas de las redes sociales que este ataque ha tenido lugar en un acto de la "comunidad judía" de Boulder en el que se pedía la liberación de los rehenes israelís en manos de Hamás. 

Este ataque de odio se produce solo diez días después del asesinato de dos trabajadores de la embajada de Israel en Washington, Yaron Lischinsky y Sarah Milgrim, tiroteados tras acudir a un acto celebrado en el Museo Judío de la capital estadounidense. El autor de los disparos, Elías Rodríguez, fue detenido en el lugar al grito de “¡Palestina libre!", de acuerdo con el relato de varios testigos. La Fiscalía lo investiga como delito de odio y  terrorismo.

Este último ataque de Boulder ha vuelto a poner el foco sobre el aumento de los ataques antisemitas en Estados Unidos desde el estallido de la guerra en Gaza, el 7 de octubre de 2023. Aunque las estadísticas oficiales del FBI abarcan todo el año, en el último informe anual publicado se recogen más de 1.800 delitos de odio contra personas judías, un 63% más que el año anterior y la cifra más alta en casi tres décadas. Estos casos representan el 68% de todos los delitos motivados por creencias religiosas y van, desde las amenazas y el acoso hasta las agresiones físicas y los ataques contra sinagogas o centros escolares.