La batalla por los lugares estratégicos más importantes del planeta parece ser una de las prioridades para las principales potencias, aunque con especial énfasis, para Estados Unidos. Tras las continuas referencias a la adquisición de Groenlandia, entre otras zonas, ahora, ha llegado el turno del Ártico, otra gran aspiración para la Administración Trump desde que este regresara a la Casa Blanca.

Recientemente se ha conocido que EEUU ha adquirido un rompehielos -el primero en un cuarto de siglo- para dotar con él a la Guardia Costera y así intimidar o salvaguardar los intereses estadounidenses en el Ártico.

Se trata del buque USCGC Storis, y con él, EEUU pretende ampliar su presencia y control en la zona, ya que este será el tercer rompehielos del país en la región. Para comprender este movimiento, hay que retrotraerse al verano pasado, cuando el Pentágono hizo pública su estrategia para el Ártico tras detectar una cooperación preocupante para sus intereses por parte de Rusia y China.

Además, la presencia de EEUU en el Ártico se antoja para Washington más importante si cabe después de que Moscú incrementara su actividad en la región, con el establecimiento de 36 bases, al igual que China, que se ha destapado como un actor protagonista en este nuevo frente.

Y todo esto tiene una explicación, que reside en el derretimiento del hielo, como consecuencia del cambio climático. Esto ha expuesto recursos naturales que anteriormente eran totalmente inaccesibles y casi desconocidos por todos los países. Sin embargo, la aparición de muchos de estos recursos parece estar levantando el interés de las grandes potencias del mundo.

Así, la Guardia Costera de EEUU anunció que en el mes de agosto se producirá la entrada en servicio del buque en Juneau, Alaska, aunque previamente estará estacionado en Seattle, Washington.

Por otro lado, y con vistas al futuro, los expertos apuntan a que la adquisición del Storis sirve de puente para la entrega de los rompehielos de la clase Polar Security Cutter, que comenzará su construcción este año y podría entregarse en 2028.

Finalmente, desde la Guardia Costera estadounidense se apunta a que opera dos docenas de rompehielos, de los cuales solo tres están diseñados para operaciones polares. Rusia, que controla el 53 % de la costa ártica, posee más de 40 rompehielos, según el medio especializado Breaking Defense.