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Despliegue de drones de la inteligencia ucraniana para rescatar a soldados envenenados: "Era un infierno"

Despliegue de drones de la inteligencia ucraniana para rescatar a soldados envenenados: "Era un infierno"

A finales de abril, las fuerzas armadas de Ucrania liberaron a otros tres soldados que habían capturado las tropas rusas y que escoltaban hacia sus destacamentos.

Soldados ucranianos utilizan drones para vigilar el frente.EFE

En el frente de Zaporiyia, entre gases tóxicos y fuego cruzado, tres militares de Ucrania a los que habían capturado los soldados rusos han logrado escapar de sus captores gracias a una operación de rescate tan arriesgada como quirúrgica. La maniobra, que se ejecutó con drones de la inteligencia militar ucraniana en un lugar y fecha que no se han podido verificar fue "un infierno", según el relato de uno de los supervivientes que se puede leer en el diario Kyiv Post. No es para menos: los liberaron heridos y bajo los efectos de un veneno desconocido.

Todo comenzó cuando tres miembros (Ketz, Anubis y Klyuchyk) de la unidad “Artan X”, un grupo de operaciones especiales del ejército ucraniano, se infiltraron en una zona controlada por Rusia para localizar un destacamento militar y, si surgía la ocasión, interferir en su operativa. Sin embargo, cuando avanzaban por territorio enemigo siguiendo la ruta establecida, se dieron de bruces con un grupo de soldados rusos con los que no contaban. El choque derivó en un combate cuerpo a cuerpo en el que los rusos utilizaron un agente químico que dejó a los tres ucranianos fuera de combate.

A partir de ahí, los rusos se retiraron llevándose a los prisioneros hacia sus líneas, sin saber que los drones de reconocimiento ucranianos seguían todos sus movimientos desde el aire. Cuando el grupo ruso alcanzó una zona con cobertura, el comandante de “Artan X”, alias Favorit, ordenó lanzar drones kamikaze. El primer ataque mató a uno de los captores y abrió una oportunidad que Ketz aprovechó para arrastrarse hasta un edificio en ruinas y esconderse entre los escombros.

“¡Fue un infierno! Tenía el pecho ardiendo del gas con el que nos envenenaron. Cuando llegaron nuestros drones FPV (First Person View), fue increíble. Estoy agradecido a mis hermanos por no dejarnos tirados”, declaró Ketz. El servicio de inteligencia ucraniano recogió su testimonio y difundió un vídeo de la operación, aunque no precisó cuándo tuvo lugar exactamente. Sin embargo, Kyiv Post no ha podido verificar ni el lugar ni la fecha de las imágenes.

Los drones continuaron el ataque. Uno de los soldados rusos intentó esconderse bajo un camión abandonado, pero un FPV se coló por debajo y explotó en el acto. Tras eliminar a los captores, un dron de reconocimiento asumió el control de la operación y guió a los dos supervivientes siguiendo las instrucciones del comandante Favorit. Por radio, las unidades ucranianas avisaron a los suyos: “Son nuestros, son nuestros. No disparéis”.

Ketz y su compañero cruzaron corriendo una zona abierta mientras los operadores les marcaban el ritmo desde las cámaras. El tercer capturado logró regresar por sus propios medios horas más tarde. Los tres volvieron con armas rusas incautadas, información sensible y quemaduras químicas por las que están siendo tratados.

Después de la operación, Favorit no escatimó elogios. “Estas historias épicas suben la moral. Lo que hicieron los operadores de drones de Artan y del resto de las Fuerzas de Seguridad y Defensa fue de otro nivel. Pura maestría. Lucharemos por los nuestros hasta el final”.

Y no fue un caso aislado. A finales de abril, drones del ejército ucraniano y de los guardias fronterizos liberaron a otros tres soldados que eran escoltados por tropas rusas. Una explosión precisa desató el caos y permitió a los prisioneros seguir al dron guía hasta territorio amigo. Y en enero, una unidad de la 95ª Brigada Aerotransportada rescató a un militar guiándolo con las luces de un dron. El operador, alias Kevin, lanzó incluso una granada desde el aire para detener a un soldado ruso que intentó bloquear la huida.

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