La elección de un nuevo pontífice siempre es un momento cargado de simbolismo, pero el reciente nombramiento del Papa León XIV quedará grabado por la intensidad del aplauso que recibió de los cardenales en la Capilla Sixtina. Tras el solemne “Habemus Papam”, el silencio dio paso a una ovación que marcó el inicio de un nuevo capítulo para la Iglesia Católica.
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