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Los deshechos espaciales se estrellan contra los sensores nucleares de la Guerra Fría

Los deshechos espaciales se estrellan contra los sensores nucleares de la Guerra Fría

Su extraordinaria sensibilidad les permite registrar sonidos provocados por meteoroides o fragmentos de satélites que atraviesan la atmósfera a gran velocidad.

Basura tóxica en el espacio sobre la Tierra.Getty Images/iStockphoto

Los desechos espaciales que entran a la atmósfera terrestre suelen hacerlo sobre zonas remotas y poco monitoreadas, lo que complica su seguimiento y análisis. Pero un equipo de científicos ha encontrado una solución inesperada en los sensores de infrasonido instalados originalmente durante la Guerra Fría para detectar explosiones nucleares.

Estos dispositivos, gestionados por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE), fueron diseñados para captar las ondas sonoras generadas por pruebas nucleares. Pero su extraordinaria sensibilidad también les permite registrar sonidos provocados por meteoroides o fragmentos de satélites que atraviesan la atmósfera a gran velocidad.

"La red global de infrasonidos ofrece monitoreo ininterrumpido las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin verse afectada por las condiciones climáticas", señalan los investigadores de los Laboratorios Nacionales Sandia. Las ondas infrasónicas pueden viajar miles de kilómetros con muy poca pérdida de intensidad, lo que las convierte en una herramienta valiosa para el rastreo atmosférico.

Parecido a un estampido sónico

Un equipo liderado por la científica Elizabeth Silber está utilizando esta red para analizar la trayectoria de objetos que vuelven del espacio. "El infrasonido de un bólido se parece más a un estampido sónico extendido por el cielo que a una sola explosión. Hay que tener en cuenta el hecho de que el sonido se genera a lo largo de la trayectoria de vuelo", explica en un comunicado.

Para afrontar este desafío, Silber desarrolló un modelo computacional especializado, denominado BIBEX-M, que permite reconstruir trayectorias de entrada a partir de pequeñas variaciones en las señales sonoras detectadas. Sus hallazgos revelan que las entradas más pronunciadas (con ángulos mayores a 60°) permiten una mayor precisión en el rastreo.

Conocer la trayectoria exacta de estos objetos es vital para anticipar zonas de posible impacto y tomar precauciones. La Agencia Espacial Europea (ESA) advierte que más de 130 millones de fragmentos de basura espacial mayores a un milímetro orbitan la Tierra, representando un riesgo creciente.

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