José Manuel Albares: "Quien sí se está rearmando de una manera agresiva y belicista es Rusia, no la Unión Europea"
El ministro de Asuntos Exteriores atendió a El HuffPost este miércoles. Publicamos la continuación de una entrevista que ya se avanzó ese día con lo relativo a la guerra de Israel sobre Gaza.
José Manuel Albares (Madrid, 1972) recibió a El HuffPost este miércoles en el Palacio de Viana, una de las sedes del Ministerio de Exteriores, apenas unas horas después de que la Unión Europea anunciase la revisión del acuerdo de asociación con Israel. A continuación, se publica la continuación de una entrevista cuya primera parte se publicó ya el miércoles con las opiniones de Albares sobre la guerra de Israel en Gaza.
- Es jueves se reúne con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio. ¿Cómo están ahora mismo las relaciones diplomáticas con la Administración de Donald Trump?
Estados Unidos es el aliado natural histórico de los europeos y un país absolutamente fundamental para España y para la política global y la resolución de asuntos globales, incluida la paz mundial. Tenemos una relación bilateral muy estrecha forjada por décadas de intercambios comunes en todos los sectores. Estados Unidos es uno de nuestros primeros socios comerciales en el mundo, es el primer inversor y es el primer destino de la inversión española en el exterior. Tenemos unos intercambios culturales a nivel educativo, de universidades, de estudiantes, muy intensos; cinco Institutos Cervantes. El idioma español, su proyección y su habla dentro de Estados Unidos, es algo fundamental para el peso del español en el mundo y nuestra proyección global. Tenemos dos bases militares en España que son parte de todo el engranaje de la seguridad euroatlántica, en estos momentos en los que hay una nueva reflexión sobre la seguridad. Por lo tanto, la relación bilateral es estrecha, que ha sido mutuamente beneficiosa y que desde luego nosotros queremos reforzar. Y luego hay un plano que va más allá de España, esa alianza sobre la que se ha construido precisamente ese mundo multilateral de derechos humanos, de derecho internacional, de Naciones Unidas, después de la II Guerra Mundial, que es fruto de esa relación, de ese pensamiento, del humanismo también de Europa y Estados Unidos. Es el vínculo transatlántico, que tiene una pata de seguridad euroatlántica que en estos momentos está siendo abiertamente desafiada por la agresión rusa a Ucrania, una guerra de agresión flagrante donde los civiles son objetivos militares, donde también encontramos una violación sistemática del derecho internacional y de los derechos humanos, exactamente igual que en Gaza.
- Sin embargo, si uno escucha a Donald Trump, no parece que las relaciones entre Europa y Estados Unidos atraviesen su mejor momento. De hecho, con la Alianza Transatlántica, en una ocasión Trump dijo que, si un país de la OTAN era agredido por Rusia, no aseguraba que fuera a acudir a defenderlo. Parece estar un poco en el aire el sentido de esa Alianza.
Hay unos nuevos postulados de la Administración norteamericana sobre la seguridad euroatlántica y también sobre la relación comercial. Nosotros queremos que siga siendo como ha sido hasta ahora. No porque sea un capricho, sino porque los datos demuestran que ha sido beneficioso para los europeos y ha sido beneficioso para los norteamericanos. Ese es nuestro postulado. Tenemos una cumbre de la OTAN en muy pocas semanas, y estoy seguro de que será uno de los asuntos que tratemos. También es cierto que yo creo que Europa necesita en estos momentos más autonomía, más soberanía. Esta es claramente la hora de Europa. Europa tiene que tomar mucho más en sus manos su propio destino. Y eso supone que nuestra seguridad, la disuasión que nos garantiza esa seguridad, esté mucho más en manos de los europeos. No es ninguna novedad si le digo que creemos en la seguridad europea, como creemos en la política exterior europea; creemos que el futuro pasa también por un Ejército común europeo, y también que el mercado único tiene que llegar a sus confines, por decirlo de alguna forma, alcanzar sus últimas fronteras, eliminar sus últimas barreras, porque eso es la garantía de las prosperidad y la seguridad europea.
- La Comisión Europea ha anunciado un ingente plan de rearme. España hace poco se comprometió en llegar al 2% del PIB en Defensa este mismo año. ¿Hasta qué punto es una necesidad europea o es en realidad una respuesta a la Administración estadounidense, que ha pedido que los países de la OTAN incrementen su gasto en Defensa?
El plan de la Comisión no es un plan de rearme...
- Se llama ReArm Europe.
Es un plan para la seguridad que incluye evidentemente una pata de defensa. Y es un debate vivo, un debate que ha arrancado pero que no tiene su punto final. Y España, desde luego, es una de las voces que deja muy claro que la seguridad tiene evidentemente un componente de defensa, pero tiene otras cosas igualmente vitales: garantizar los flujos energéticos, garantizar las interconexiones, garantizar la competitividad de nuestras empresas, especialmente los sectores de alta tecnología... Incluso la pata de defensa tiene mucho que ver con el desarrollo de industrias de altísima tecnología que, por supuesto, tienen una aplicación civil. ¿Por qué ocurre todo esto en estos momentos? Claramente por la confluencia de dos vectores. El primero, el más importante, por la agresión rusa a Ucrania, porque es una amenaza a la seguridad europea. En Ucrania se está ventilando, por un lado, los valores de la Unión Europea: igualdad, pluralismo, tolerancia, democracia. Eso también está en juego. Y al mismo tiempo la seguridad de Ucrania está directamente conectada con la seguridad europea. Y quiero dejar muy claro a los españoles que quien sí se está rearmando de una manera agresiva y belicista es Rusia. Ahí sí hay una carrera armamentística, no en la UE. Todo lo que toca a ese plan [el ReArm Europe], que a veces se presenta de forma un poco caricaturesca, como rearmarse de manera agresiva... Es en realidad garantizar que nuestra disuasión, que nos garantiza nuestra seguridad, también la de nuestros hospitales, la integridad de nuestros procesos electorales, de nuestras administraciones, está en nuestra mano. Y el segundo vector que ha confluido para que esto sea así, además de la agresión rusa a Ucrania, son los nuevos postulados de la nueva Administración norteamericana, que claramente indica que los europeos debemos tener mucho más el control y también el peso financiero de lo que es nuestra propia seguridad. Y yo desde luego creo que, por todo ello, y lo creíamos mucho antes y lo hemos dicho en muchas ocasiones, pero ahora es urgente, este es el momento de Europa. Este es el momento de que Europa avance de manera decidida y con determinación hacia su soberanía y hacia su autonomía.

- Comenta que Rusia también está en carrera armamentística. No parece que el camino hacia la paz sea una escalada bélica, sobre todo cuando hablamos de países con la bomba atómica. No hay mayor disuasión que una bomba así. ¿Hay realmente una escalada?
No por parte de Europa. Eso es importante, porque a veces escucho o leo cosas que no son ciertas. Hay una escalada bélica, lo vemos en la agresión rusa a Ucrania, en la guerra de Israel en Gaza... Pero no por parte de los europeos. Nadie está pensando en que Europa escale bélicamente, mucho menos agresivamente. De lo que se trata es de mantener la misma disuasión, la misma, pero ahora más en nuestras manos. Eso nos obliga a hacer un esfuerzo y a no compartirla con otros, que lo que están dando son signos de que ya no quieren compartirla con nosotros o no exactamente como lo hacían antes. Es nuestra propia seguridad la que está en juego, y desde luego el modelo belicista no es el modelo europeo. No es, sin ninguna duda, el modelo del Gobierno de España ni el que la voz de la política exterior española lleva a Bruselas y a todos los foros internacionales. La forma de garantizar la paz es a través de los foros multilaterales, donde resolvemos conjuntamente los problemas globales. Es a través de proyectos como el propio de la Unión Europea, que tenemos que recordar que es un proyecto de paz. La UE se hace para que los europeos dejemos de hacernos la guerra. Y el concepto de frontera, que era un concepto maldito, tu vecino era con quien hacías la guerra, pasa a ser, gracias a la magia de la UE, un concepto virtuoso y es con quien cooperas. Al final, la cooperación en el ámbito internacional siempre es mucho más poderosa que la confrontación. Es más importante que nunca que Europa sea en estos momentos fiel a sus valores más profundos. Este, en el que está todo siendo cuestionado, es realmente el momento en el que Europa debe ser una vez más en la historia el faro que defienda la paz, el diálogo, la diplomacia, las Naciones Unidas.
- ¿Cree el Gobierno de España, como así se cree en otros países de Europa, que hay un riesgo real a que haya una agresión rusa más allá de las fronteras de Ucrania?
Es una hipótesis que nadie de los vecinos en el Este [de Europa] descarta. No hay una amenaza concreta en estos momentos, pero cuando uno habla con los países del Este, uno comprende que puedan plantearse esa hipótesis o tengan ese miedo. Uno ve una guerra convencional, a una escala descomunal, en un Estado vecino, como es Ucrania. Y, además, no hace falta una guerra convencional para recibir una agresión que puede ir al corazón de nuestras vidas, y de nuestra convivencia. Puede haber ciberataques a nuestros hospitales, interferencias en nuestros procesos electorales, que claramente las ha habido. Esos son también ataques de los que tenemos que defendernos. Por eso yo creo que todos, los medios de comunicación también, tenemos que hacer un esfuerzo pedagógico, si me lo permite, para explicar que esto es muy más complejo y el objetivo final mucho más amplio que rearmarse, que comprar fusiles. Se trata de que la seguridad de los europeos esté cada vez más en manos de Europa. Y para eso necesitamos que la disuasión que hacíamos de manera compartida con otros, cada vez más la hagamos por nosotros mismos.
- Quería preguntarle por su última reunión con el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita. Hay una disyuntiva en el Gobierno de España entre una parte, la del PSOE, que apoya el plan de autonomía marroquí para el Sahara, y Sumar, que no está de acuerdo. Hubo además algunas críticas porque realizaron una declaración ante los medios sin preguntas. Y luego, preguntarle también por el enfado diplomático de Algeria. ¿En qué punto está ahora?
Marruecos es un socio estratégico para España, y un país amigo. Y para la Unión Europea también, y así lo reconocen todos los países de la UE y la propia Comisión Europea. Tenemos una cooperación en materia de lucha contra las mafias que trafican con seres humanos y contra los elementos terroristas que es ejemplar en el mundo. Si uno observa las últimas cifras de Frontex, vemos la caída exponencial tanto hacia las Islas Canarias como en la ruta del Mediterráneo. Eso tiene mucho que ver con el trabajo conjunto que hacemos con Marruecos. Es un socio comercial enorme para España, uno de los principales, un 7% de comercio más el año pasado, un récord histórico. Estamos hablando de casi 25.000 millones de euros en comercio, 6.000 empresas españolas que exportan regularmente a Marruecos, 900 empresas españolas instaladas en Marruecos o con participación importante en capital de empresas marroquíes. En los últimos meses, dos empresas españolas han conseguido por un lado el contrato para hacer la mayor planta desalinizadora de África y todos los trenes ligeros marroquíes. Tenemos la mayor red de colegios públicos españoles fuera de España en el mundo. Todos los órdenes que podamos pensar: económicos, culturales, lucha contra la delincuencia... Todo eso está presente. Hemos tenido el hito de la apertura por primera vez en la historia de una aduana comercial en Ceuta, y la reapertura desde el año 2018 de la aduana en Melilla. Es una relación estratégica que tenemos que mantener y la visita de mi homólogo marroquí, mi buen amigo Nasser Bourita, venía a reforzar eso. La posición de España con el Sáhara Occidental es conocida, está en la Declaración hispano-marroquí del 7 de abril del año 2022. Yo soy el ministro de Asuntos Exteriores que más veces se ha reunido con quien tenía que poner la solución, que es el enviado de Naciones Unidas, Staffan de Mistura, y le he dicho que todo el peso de España, nuestro apoyo diplomático, nuestros medios materiales, está a su disposición para ello porque así...
- Naciones Unidas ha hablado muchas veces del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.
Así lo han decidido las partes. Las partes han decidido que es Naciones Unidas y es el enviado de Naciones Unidas quien tiene que poner la solución encima de la mesa. Y Argelia es un socio fiables y un suministrador fiable para España de gas. Es uno de nuestros principales suministradores de gas licuado. El comercio, ahora que la relación está completamente restablecida, ha crecido un 143% el año pasado. Por lo tanto, tenemos una muy buena relación en estos momentos con Argelia y así se lo pude trasladar en Sudáfrica en la reunión que tuve con mi colega argelino.