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Eco de una amistad rota: el duelo legal entre Juan Carlos I y Revilla llega al acto de conciliación

Eco de una amistad rota: el duelo legal entre Juan Carlos I y Revilla llega al acto de conciliación

Dicen que del amor al odio hay un paso, que el tiempo no evita traiciones o desencuentros, que la amistad tan solo es la otra cara de la moneda de la rivalidad. Este viernes 16 de mayo ambos podrían encontrarse en los tribunales. 

Juan Carlos llega a Vigo este lunes en vísperas del acto de conciliación con Revilla.Carlos R. Alvarez

No fue consensuado, ni siquiera consultado; la Casa Real se mostró atónita ante la decisión del emérito de emprender acciones legales contra el que durante tantos años fue considerado su amigo: Miguel Ángel Revilla. Del amor al odio hay un paso y un desliz puede reventar años de una rígida amistad. Desde la salida de Juan Carlos I a Abu Dabi, sus pasos han ido dirigidos por los umbrales de lo inédito. Uno de los últimos, ha afectado al que durante mucho tiempo fue presidente de Cantabria y muy cercano al monarca durante su reinado, al conocerse que el Jefe del Estado le interponía acciones legales.  

Todo comenzó cuando el pasado mes de abril Juan Carlos exigió al expresidente cántabro rectificara las declaraciones emitidas en diferentes medios de comunicación entre mayo de 2022 y enero de 2025. No sólo con ello, la "traición" se estipuló con una indemnización de 50.000 euros para solventar "los daños moralmente causados" que serían dirigidos a Cáritas. La abogada del emérito -que casualmente es la misma que defiende a Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso-, Guadalupe Sánchez Baena, afirmó que las declaraciones eran "expresiones injuriosas, difamadoras y oprobiosas que lesionan su derecho fundamental al honor".

Antes de la 'guerra', los proverbios populares recomiendan anunciar la famosa frase "tenemos que hablar". En este caso, llegó a través de la letrada. "Con carácter previo a la interposición de la correspondiente demanda, y con la exclusiva finalidad de facilitar a D. Miguel Ángel Revilla Roiz la consecución de un acuerdo que evite el litigio, se ha formulado solicitud de celebración de acto de conciliación ante los juzgados de primera instancia de Santander", fue la presentación del escenario al que los antiguos amigos se enfrentarán este viernes 16 de mayo, de la misma manera que un matrimonio queda a tomar un café antes del cisma. 

La sede judicial de Las Salesas, en Santander, será el lugar de encuentro a las 10:00 de la mañana. Pese a ello, cabe recordar que ninguno de los dos está obligado a asistir a la cita debido a que sus respectivas defensas pueden ocupar su lugar. Un mal trago que previsiblemente no será de buen grado para ellos después de tantos años de cercanía, amistad, confesiones y consejos. No obstante, el abogado del expresidente, José María Fuster-Fabra, aseguró -conocida la noticia- que Revilla asistirá junto a él a los juzgados el día de la citación. El letrado y militante regionalista mantuvo entonces la postura de aquel que tiene una conversación pendiente: "Las alegaciones, consideraciones y exposiciones oportunas en defensa de mi cliente las haré en sede judicial".

El divorcio entre el emérito y el expresidente puede finalizar en caso de que ni el primero ni su defensa se presenten en el acto de conciliación, algo que parece del todo improbable. El TSJC ha detallado que el acto de conciliación está regulado en la Ley de Jurisdicción Voluntaria y consistirá en una comparecencia de las partes ante la letrada de la Administración de Justicia del Juzgado de Primera Instancia número 13 de Santander. La "decepción" ha sido uno de los ingredientes fundamentales en todos los discursos que ha realizado Revilla desde que se dio a conocer la demanda. El más llamativo lo realizó en rueda de prensa, nada más conocerse la información donde el expresidente calificó de "injustas y mezquinas" las acciones legales emprendidas por un antiguo Jefe del Estado.     

Las tardes con anchoas en la Zarzuela hace tiempo que llegaron a su fin y, recientemente, Miguel Ángel Revilla ha vuelto a mostrar su enfado ante el que un día fue considerado como un amigo. "Me he visto envuelto en este asunto. Iré sereno, trajeado y a ver si viene él que ya me gustaría verle", comentó el expresidente el pasado miércoles en el programa de Antena 3, Espejo Público, donde matizó que "si viene o si no viene, lo hablará en sede judicial si le dan la oportunidad de hablar". "Él está viviendo en Abu Dabi y yo en Astillero. Esa es la diferencia", proseguía resentido y siendo conocedor de las diferencias de Estado que ha tenido tanto uno como el otro que un día se mostraron invisibles ante la sintonía con la que se trataban. 

  El rey emérito Juan Carlos I en el barco 'Bribón'.Europa Press via Getty Images

El rey Juan Carlos llegó este lunes al aeropuerto de Peinador, en Vigo (Galicia), procedente de Vitoria. Nada más aterrizar, lo esperaba a pie de pista Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, con quien compartió un cálido saludo antes de emprender juntos el camino hacia la costa pontevedresa. Allí, en Sanxenxo, el monarca se prepara para volver a surcar las aguas a bordo del 'Bribón', con motivo de la segunda regata de la Liga Nacional de vela en la clase 6 metros, prevista para este fin de semana. Como en ocasiones anteriores, se alojará en la casa de Campos, situada en las afueras del municipio, donde ya lo aguarda el ambiente náutico y quién sabe si se tomará un respiro asistir a la sala judicial. 

El inicio de la guerra fría entre ambos se produjo en 2012, cuando las fotografías del emérito cazando elefantes en Botsuana con Corinna Larsen saltaron a los medios de comunicación. Su imagen pública comenzó a caer en picado y los escándalos se sucedían semana tras semana -incluso llegó a salir ante los medios de comunicación con aquel famoso "lo siento, no volverá a ocurrir"-. Ante esa situación, la Casa Real trató de romper el romance con la alemana. Viendo que sus intentos eran en vano, llamaron a uno de sus amigos más leales, aquel que le acompañó durante tantos años al frente de la institución monárquica: Miguel Ángel Revilla.

La encerrona orquestada no salió como se esperaba y el expresidente cántabro no logró convencer al rey de que cesase su romance con Larsen. Desde entonces, el frío invierno arropó a la amistad durante los años dejando una distancia insalvable entre ambos. "Qué le voy a decir. Lo mismo que le he dicho en público, que me ha defraudado. El final de su vida no es nada ejemplar. Yo no me he inventado nada y está todo escrito y dicho", remataba en unas recientes declaraciones el expresidente cántabro.

Desde entonces, la posición de Revilla hacia Juan Carlos se ha convertido en mucho más seca, exigente y crítica. En una anécdota que comentó el expresidente en un programa de La Sexta, llegó a enumerar los requisitos que debería cumplir el emérito para que le aceptara una llamada: “Yo simplemente dije no cojo el teléfono hasta que no vuelva a España y repatrie todo el dinero que supuestamente, voy a decir supuestamente, pero bueno es evidente que se ha probado que 100 millones andaban por ahí cuando le dio a su amante o compañera Corinna 55 millones”.

Este viernes de 16 de mayo podrían volver a verse las caras quienes un día fueron inseparables, la amistad que fue atravesada por la distancia incalculable que causa el poder y los errores, una distancia que parece insalvable viendo el comportamiento de ambos. Aquella amistad que nunca podrían llegar a imaginar que se rompiera y que tuviera que ser regulada por togas y letrados, por indemnizaciones y argumentarios dispares. Un desenlace trágico para dos viejos amigos que están viviendo como su final puede llegar a ser en los tribunales. 

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