La sonda fue lanzada el 31 de marzo de 1972 desde el cosmódromo de Baikonur, nunca consiguió abandonar la órbita baja terrestre debido a unos fallos técnicos.
1.900 interceptores patrullando a 500 kilómetros sobre la Tierra podrían derribar con éxito un número limitado de misiles nucleares rusos recién lanzados, en su "fase de impulso" o los primeros tres minutos de vuelo.