Desde la Transición hasta hoy ha habido ocasión de varios recambios generacionales, pero por algún motivo, se han realizado de una forma imperceptible. Nada que ver con aquella generación del 68 tan ruidosa y rupturista. Ahora, la cosa parece cambiar. Seguramente no tendremos una revolución, ni siquiera un periodo constituyente, pero algunos jóvenes han empezado a reclamar su lugar, y los mayores parecen, por fin, mayores.