Se trata de un producto de uso de toda la vida en los hogares, el talco. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha calificado desde hace varios meses como "probablemente carcinógeno", alertando en especial del riesgo que supone en el caso concreto del cáncer del ovario. Una sustancia carcinógena o cancerígena puede ser cualquier agente natural o artificial que es capaz de originar un cáncer en el organismo.

Un grupo de trabajo, formado por 29 científicos de 13 países, se reunió en el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de Lyon (Francia) y ha publicado sus conclusiones en la revista científica The Lancet Oncology.. La clasificación actual es el "segundo nivel más alto de certeza de que una sustancia puede causar cáncer: 2A". La clasificación registrada anteriormente del talco era de "posible carcinógeno".

El grupo ha explicado en un comunicado de la OMS que la nueva clasificación se ha hecho "sobre la base de una combinación de pruebas limitadas de cáncer en humanos (para el cáncer de ovario), pruebas suficientes de cáncer en animales de experimentación y pruebas mecanísticas sólidas de que el talco presenta características clave de carcinógenos en células primarias humanas y sistemas experimentales".

El talco es un mineral natural que se extrae en muchas zonas del mundo. La exposición a este mineral la padecen especialmente las personas que trabajan en los procesos extracción, molido y procesamiento del mismo, así como durante la producción de productos que contienen talco. 

Respecto a la exposición de la población general que se produce a través del uso de cosméticos y polvos corporales que contienen talco está mejor controlado, según el informe, mientras que hay menos pruebas y documentos acerca de la  probable exposición de seres humanos a este mineral a través de alimentos, medicamentos y otros productos de consumo.

Antes de este último estudio y a había numerosos otros que evidenciaban un aumento de la incidencia de cáncer de ovario en seres humanos que declaraban haber utilizado polvos corporales en la región perineal. Y, aunque la evaluación se centró en el talco que no contenía amianto, las investigadores dicen que no pueden excluir, por el momento, la contaminación del talco con amianto en la mayoría de los estudios de seres humanos expuestos a este mineral.

En el caso de los animales utilizados para la experimentación, el tratamiento con talco en ratas provocó un aumento de la incidencia de neoplasias malignas en las hembras (médula suprarrenal y pulmón) y una combinación de neoplasias benignas y malignas en los machos (médula suprarrenal).