Los pistachos son, para muchos y muchas, un auténtico manjar. A veces se resisten, pero basta con quitar las dos partes de cáscara que recubren el fruto y empezar a ingerirlo. Una vez nos damos por satisfechas, basta con recoger el montón de cáscaras y tirarlas a la basura. 

No haría falta. Según recoge el portal web TyC Sports, los restos no comestibles de lo pistachos pueden ser de lo más útiles. Y lo son en distintos ámbitos del día a día, desde la decoración y las manualidades hasta el control de plagas. 

El ya citado sitio web asegura que la clave se encuentra en su olor. Al menos, en lo que a control de plagas respecta. Aseguran que es lo que contribuye a repeler algunos insectos si se esparcen por el jardín. 

No es el único uso que le han encontrado a estos restos. También apuntan que hace las veces de neutralizador de olores en armarios. Basta con introducir las cáscaras en bolsitas de tela. 

Otros usos que recogen desde el sitio web para las cáscaras de pistacho son el drenaje para macetas y de estropajo casero.