Ni la de León ni la de Burgos: la primera catedral gótica de España está en otra provincia de Castilla y León
Toda una joya que mezcla diversas influencias arquitectónicas.

Castilla y León atesora un fascinante legado arquitectónico donde se alzan catedrales tan singulares como imponentes. Sus muros guardan historias de fusión cultural y riqueza ornamental, desde torres mudéjares revestidas de cerámica hasta fachadas góticas que desafían el paso del tiempo. Pero ¿sabes que la primera catedral gótica de España se encuentra en una provincia castellanoleonesa?
Este honor lo ostenta la Catedral del Salvador de Ávila que, erigida sobre un primitivo templo mozárabe y trazada inicialmente en estilo románico, se convirtió a finales del siglo XII en el primer gran edificio de gótico pleno de la península. Su ábside, integrado como torreón en la muralla medieval, y sus imponentes dimensiones le han valido el título de monumento histórico-artístico en 1914 y Patrimonio de la Humanidad en 1985.
No se sabe con exactitud la fecha en la que comenzó a construirse este templo, pero la mayoría de historiadores coinciden en que fue en la segunda mitad del siglo XII, bajo el reinado de Alfonso VIII, cuando se decidió ampliar el templo existente para construir una catedral más grande y monumental. El maestro Giral Fruchel fue el encargado de construir esta catedral, al igual que la cabecera, la parte más antigua del templo.
300 años de construcción
Tras la muerte de Fruchel, las trazas originales se modificaron y desde finales del siglo XIII hasta mediados del XIV se llevó a cabo la tercera fase de ampliación, impulsadas por el obispo Sancho Blázquez Dávila. En pleno apogeo del gótico, se introdujeron sillares de granito y bóvedas apuntadas, así como se reformó el crucero, se levantó el claustro y las sacristías y se elevaron los muros superiores de la nave central.
Finalmente, entre el XV y el XVI, se añadieron la portada norte trasladada desde el oeste, el nuevo coro central y la doble girola de la cabecera, dando por terminado un templo de 85 metros de largo, 42’5 metros de ancho y 28 metros de altura en su nave central. Esta joya arquitectónica, que tardó más de 300 años en construirse, ahora se erige como un collage de diferentes estilos que no dejan indiferente a nadie.
Además, las capillas alojan tesoros de la escultura y la pintura, como la Capilla de la Virgen de la Piedad o de los Dolores que acoge una escultura en mármol de Carrara, réplica de la Piedad de Miguel Ángel pero traspasada por el vigor del Renacimiento español. También destaca la de Nuestra Señora de Gracia, que exhibe un retablo de cinco tablas flamencas con escenas de la Anunciación y el Nacimiento; o la de Santa Teresa que conserva restos de pintura mural gótica y el retablo-balquino barroco de José Benito de Churriguera.