Esta fue la única ciudad que rivalizó con la Antigua Roma y que trae de cabeza a investigadores españoles
Acabó siendo aliada privilegiada de Roma.

En lo alto de los montes Albanos, a apenas 30 kilómetros de Roma, yacen los restos de una ciudad que durante siglos fue una rival directa de la capital del Imperio. Se trata de Tusculum y aunque hoy es un yacimiento arqueológico poco conocido, fue un poderoso enclave político, económico y militar. Desde 1994, este lugar ha sido excavado y estudiado por la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR), en el marco del que ya es el proyecto arqueológico extranjero más longevo en Italia.
Tusculum se originó en el siglo VIII a.C. y, según el mito, fue fundada por Telégono, hijo de Ulises y Circe. A lo largo del tiempo, la ciudad se fortaleció gracias a su ubicación en una zona elevada, la actividad ganadera y su riqueza agrícola. Esta consolidación la puso en conflicto con Roma, especialmente cuando dio refugio a Tarquinio el Soberbio, el último rey de Roma y suegro de Octavio Mamilio, una figura influyente de Tusculum.
Este gesto desató la tensión definitiva ya que Tusculum lideró la Liga Latina contra Roma, que fue aplastada en la batalla del lago Regilo (496 a.C.). Pese a la derrota, Tusculum no fue arrasada, sino integrada como aliada privilegiada de Roma. En el año 381 a.C., fue la primera ciudad en recibir el rango de municipium, más de tres siglos antes que cualquier urbe hispana.
De enemiga a refugio aristocrático
Tusculum pasó a ser un codiciado retiro rural de la élite romana. Grandes figuras como Cicerón, Catón, Tiberio o Nerón levantaron villas de descanso entre sus colinas. Con la dinastía Julio-Claudia se construyeron foros, termas y teatros, consolidando su plena integración en la vida romana. Sin embargo, tras siglos de esplendor, la ciudad fue abandonada entre los siglos IV y V.
Durante la Edad Media, Tusculum resurgió como fortaleza bajo la poderosa dinastía de los Tuscolani, cuyos miembros lograron incluso colocar tres papas en el trono pontificio. Pero este poder alarmó a la Comuna de Roma y al papado, que iniciaron una serie de ataques en 1191 con su destrucción definitiva. Durante siglos quedó olvidada, hasta que a inicios del XIX, Luciano Bonaparte, hermano de Napoleón, redescubrió el yacimiento.
El renacer científico
Tras más de un siglo de abandono, la EEHAR —dependiente del CSIC— retomó las excavaciones en 1994. Desde entonces se han descubierto el teatro, la acrópolis, el foro, santuarios y hasta una estatua femenina de mármol hallada en 2023, datada entre el siglo I a.C. y el I d.C.
Antonio Pizzo, director del proyecto, subraya que apenas se ha desenterrado una pequeña parte de la ciudad. Las nuevas tecnologías permitirán, en adelante, realizar prospecciones sin excavar, guiando los próximos pasos de este ambicioso estudio. Además, con fondos del Gobierno italiano, se está preparando un nuevo recorrido expositivo que mostrará los resultados de tres décadas de investigaciones.