El trono de la calle Laurel se tambalea por la gran calle para irse a tomar tapas en el norte de España
Una opción alternativa que atrae tanto a locales como a visitantes.

En una sociedad donde el turismo gastronómico se ha convertido en una tendencia dominante, España se afianza como un destino culinario de primer nivel, destacándose por unas tapas que son las protagonistas de las comandas. Es bien sabido que la calle Laurel de Logroño es uno de los destinos predilectos para el tapeo, reconocida por su ambiente vibrante y una amplia variedad de bares. Sin embargo, incluso la reina de las tapas tiene competencia propia.
Los que realmente se conocen esta ciudad saben que hay otra zona conocida por sus ricos pinchos y abundantes tapas, curiosamente ubicada a tan solo cinco minutos caminando de Laurel. Se trata de la calle San Juan, una opción innovadora y vibrante que atrae a locales y visitantes en busca de experiencias culinarias auténticas. Es ideal para aquellos que quieran disfrutar del Logroño más tradicional a través del paladar.
En pleno centro de la ciudad, la calle San Juan destaca por su ambiente renovado y su oferta variada de bares y restaurantes, destacando sus locales especializados en los pinchos de champiñón y las cazuelitas. El principal atractivo de esta calle es que no solo es hogar de estos deliciosos platos locales, sino que también cuenta con una infinidad de alternativas para cumplir con las expectativas de todo tipo de consumidores.
Una calle poco masificada
Además, a diferencia de otros lugares que suelen estar abarrotados, este destino se caracteriza por una atmósfera más relajada, algo que notarás si sales a disfrutar de un vino y un pincho entre semana. Esta menor afluencia de personas te permitirá encontrar mesa con mayor facilidad y, aunque las diferencias en precios son sutiles, notarás que los bares ofrecen opciones un poco más económicas, lo que contribuye a una experiencia agradable y accesible.
Algunas de las paradas culinarias obligatorias de la calle San Juan son el ‘Bar Tastavin’, que destaca por su delicioso secreto ibérico con salsa especial; ‘Torres Gastrobar’, famoso por preparar uno de los mejores bocadillos de calamares de toda España; ‘Bar Tenessi’, consolidándose como la mejor opción para probar la mítica zapatilla de jamón; y el ‘Bar García’, con una amplia variedad de sabrosas tostas.
En definitiva, mientras la calle Laurel conserva su encanto histórico y sigue atrayendo bocas de todo el mundo, la calle San Juan se consolida como una alternativa vibrante y en constante evolución que tiene mucho que ofrecer. Esta competencia, lejos de ser conflictiva, enriquece la oferta culinaria de Logroño y reafirma el estatus de la ciudad como un referente en el arte del tapeo.